La fábrica de Michelin en Aranda de Duero parará durante seis días a lo largo de septiembre por el descenso de pedidos que registra y que, al parecer, afecta a la mayoría de las sedes que la multinacional de neumáticos tiene en diversas ciudades españolas. En el caso de la capital ribereña, el convenio contempla tres días en blanco este mes por las fiestas patronales en honor a la Virgen de las Viñas (domingo 11, lunes 12 y martes 13). La «sorpresa», según lo expresado por fuentes sindicales a este periódico, ha llegado cuando el grupo les ha confirmado que tampoco activará dos días de posible trabajo (sábado 10 y domingo 18) y que, además, cerrará otra jornada a mayores (el sábado 17), tal como se ha acordado con el comité de empresa.
Pese a ello, fuentes sindicales aseguran que esta medida «no es alarmante» ya que el calendario flexible permite asumir este tipo de situaciones siempre que no se alarguen en el tiempo. Recalcan que no afectará ni a la plantilla ni a los salarios. «Es cierto que después de verano todas las actividades, desde turismo a motos e, incluso, ingeniería civil, han arrancado un poco a la baja», apuntan, no sin expresar un cierto desconcierto ya que, según recalcan, septiembre no suele ser un mes en el que haya que cerrar por incluir los citados días de fiesta. Al contrario, el programa productivo «se aprieta mucho».
Sobre el motivo que ha propiciado esta decisión, fuentes sindicales subrayan que se encuentran a la espera de mantener una reunión con el grupo. Por ahora, les han trasladado que «los pedidos van a la baja y las previsiones también». Falta por analizar el alcance de tal descenso y valorar distintos escenarios. «Nos faltan datos. Hay que esperar y ver. Que bajen todos los mercados al mismo tiempo resulta extraño», advierten desde CCOO. Cierto es que las paradas de producción y los ERTE en algunos fabricantes de automóviles podrían afectar a Michelin, pero no tanto a ámbitos como camiones.
Así las cosas, de cara a octubre tampoco se baraja una buena previsión. No hay nada confirmado por el momento, «pero parece que la tendencia de pedidos a la baja no será cosa de un mes puntual y se podría alargar». Sea como fuere, fuentes sindicales insisten en enviar un mensaje de relativa tranquilidad:«No partimos de una mala situación, nuestro sistema sirve para asumir estos vaivenes productivos.
Si no se mantiene en el tiempo, es una herramienta muy válida que permite asumir valles y picos». La preocupación llegaría cuando el saldo de los trabajadores se sitúe en torno a los 30 días en negativo y, en este momento, la mayoría se hallan en positivo o cero.
A negociar el convenio. Por otra parte, desde CCOO recuerdan que el próximo año se tendrá que negociar el convenio colectivo y avanzan que se avecina una negociación «muy difícil» por diversos factores, pero defienden que acudirán con dos premisas: buena fe y voluntad de conseguir un acuerdo. Si no, «se puede enquistar años y eso no es bueno», apuntan.