Las adicciones motivan unos asaltos rápidos y poco planeados

F.L.D.
-

Los ladrones suelen estar enganchados a las drogas, pero también al juego, y dan golpes improvisados para satisfacer sus necesidades inmediatamente

En la confitería Maxi de Francisco Grandmontagne han entrado a robar tres veces en apenas una semana. - Foto: Valdivielso

Si en los robos con fuerza en viviendas el perfil de los ladrones es especializado, itinerante y en grupo, los asaltos a establecimientos con el método de la alcantarilla tienen una autoría sin definir. Como diría la Policía Nacional, «el perfil es que no hay un perfil». Tienen, eso sí, algo en común: la adicción. Un enganche que les provoca actuar de manera impulsiva para conseguir un beneficio ilícito inmediato. 

El inspector al mando del Grupo 3 de la Policía Judicial de la Comisaría Provincial explica que en este modelo delincuencial siempre tienen una serie de sospechosos, la mayoría con antecedentes penales por hechos similares. El 'modus operandi' puede variar -alcantarillazo, reventón de una cerradura, manipulación de las verjas, etc.-, pero el móvil que mueve a los cacos es, por lo general, el mismo. «Son personas que se encuentran con la oportunidad. Suelen perpetrar los golpes de noche, por lo que hay poca gente. Se fijan si el sitio está más o menos escondido, si pueden sacar un beneficio inmediato y no se lo piensan dos veces», apuntan. 

Satisfacen, de manera rápida, una adicción. Porque habitualmente los delincuentes suelen ser toxicómanos, aunque cada vez se encuentran más casos de ludopatía. «Quieren lo justo para su próxima dosis. En el caso del juego, para poder saldar una deuda o incluso poder apostar de nuevo», señala el inspector de la Judicial. La falta de planificación da pie a que dejen huellas o rastros que permiten a la Policía identificarles.