Cancelan las reservas hoteleras del gran evento del año

H.J.
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La final mundial de la Dance World Cup debía celebrarse del 2 al 10 de julio, con varios miles de asistentes y un impacto económico de hasta 10 millones de euros. Ahora, en el mejor de los casos podría aplazarse a final de año o incluso a 2022

Burgos ha acogido otros años el certamen español de la Dance World Cup, pero esta vez era la anfitriona de la final a nivel mundial. - Foto: Alberto Rodrigo

Las finales mundiales de la Dance World Cup (Copa Mundial de Danza), un gran evento vinculado al baile que iba a celebrarse en Burgos entre el 2 y el 10 de julio, ya no tendrán lugar en esas fechas y los organizadores han cancelado todas sus reservas hoteleras. Era la primera gran cita en año y medio, uno de los mayores eventos que jamás ha acogido la capital burgalesa y sin duda el más importante de este año concentrado en una sola semana. Pero la pandemia ha obligado, como mínimo, a posponerla.

El presidente de la Asociación de Hoteles, Luis Mata, así como varios de los grandes establecimientos de la ciudad confirman que hace unas dos semanas recibieron la comunicación de la cancelación por parte de la agencia de viajes que gestiona la mayoría de las operaciones vinculadas a este evento.

Según las cifras aportadas por esta empresa, llamada Moliné Travel y afincada en Barcelona, hablamos de estancias de hasta 10 noches para alrededor de 2.000 personas, que ocupaban desde el cámping a distintos hoteles del centro histórico pero que también se alojarían en las afueras e incluso en localidades cercanas de la provincia.

Para todos ha supuesto un varapalo importante, pues habría sido un congreso histórico para la ciudad y permitía garantizar casi al 100% el lleno en muchos de estos hoteles justo en las fechas que dan inicio a la temporada veraniega.

La final de la Dance World Cup (DWC) fue anunciada el pasado mes de octubre como un extraordinario logro para la ciudad, apelando al precedente de la última edición celebrada, la de 2019 en la localidad portuguesa de Braga. Por allí pasaron más de 6.300 bailarines participantes junto con aproximadamente 5.000 acompañantes, todos ellos procedentes de 43 países y con un impacto económico para la ciudad superior a los 10 millones de euros.

Ahora, en medio de una pandemia global, probablemente no se alcanzarían esas cifras pero igualmente habría conllevado notables ingresos para un sector enormemente castigado por la crisis del coronavirus. Precisamente el carácter internacional del evento se ha convertido en un arma de doble filo a la hora de programar su organización. Por un lado, garantiza estancias largas en la ciudad y una lluvia de dinero para los negocios que puedan aprovecharse del evento, pero al mismo tiempo, en estos tiempos de alerta sanitaria, implica tantos viajes que se complica sobremanera la planificación.

Antoni Moliné, director general de la agencia, explica a este periódico que su decisión de cancelar las reservas en los hoteles burgaleses responde a un principio de prudencia. Por eso ellos dieron el paso de liberar los hoteles a la vista de las grandes dificultades que pueden surgir, incluso sin esperar a la confirmación definitiva de los máximos responsables de la organización, que son británicos.

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