Desde el pasado 24 de febrero Rusia y Ucrania libran una guerra en suelo de este último país. La decisión del presidente ruso Vladimir Putin de invadir parte de su territorio vecino ha provocado un auténtico terremoto a nivel económico, social y político. El inicio de las acciones armadas fue respondido por la Unión Europea y otras grandes potencias como los Estados Unidos con fuertes restricciones a las exportaciones e importaciones, que en el caso de Burgos se han reducido a la mitad en unos meses.
Empezando por el gigante euroasiático, las empresas de la provincia solían vender a las rusas materias primas y productos acabados como neumáticos, cámaras para estos, cosméticos o medicamentos. Durante el pasado febrero estas transacciones comerciales supusieron unos ingresos para las firmas burgalesas de 3,7 millones de euros.Tres meses después -últimos datos disponibles ya que la estadística se publica a dos meses vista-, a cierre de mayo, el panorama ha cambiado de forma notoria: el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo apenas ha registrado envíos de mercancías por valor de 1,6 millones de euros.
Por otro lado, pese a ser una isla de apenas 36.000 kilómetros cuadrados (como las provincias de Burgos y León juntas), Taiwán es el suministrador del 60% de los microchips más vanguardistas del planeta. Esta nación, que se encuentra en el ojo del huracán por parte de China tras la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos la semana pasada, es también un gran suministrador de hierro y acero para numerosas empresas burgalesas.
(Más información sobre ambos temas, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)