La expectación fue máxima durante la mañana de ayer. Numerosos curiosos contemplaron cómo se descolgaban las campanas situadas en el tejado de la Casa Consistorial por parte de operarios especializados, ayudados de una enorme grúa. Los trabajos se han demorado varias semanas sobre las previsiones iniciales debido a que se necesitaba que la climatología fuera favorable y no hubiera viento pero finalmente se pudieron llevar a cabo. Y menos mal, dado que los ejes que las soportaban estaba en peor estado de lo que se pensaba, lo que representaba un verdadero riesgo.
La alerta la dio el relojero y experto en campanas Antonio Cano cuando fue requerido por el Ayuntamiento para que arreglara el reloj, dado que daba las horas a destiempo. Al subir al tejado para comprobar la maquinaria observó que una de las campanas, la ubicada a la izquierda según se mira el edificio, presentaba una ligera inclinación y corría riesgo de caída. Los técnicos municipales tomaron la decisión de que lo mejor era proceder al desmontaje para comprobar el estado de la estructura y la base que la soporta.
El panorama no pudo ser más desolador, la barra de hierro que sostiene las campanas estaba totalmente oxidada y a punto de desprenderse de la base, lo que obligará a realizar un estudio pormenorizado para buscar la mejor solución, que podría pasar por la necesidad de tener que hacer una nueva superficie sobre la que se sujete todo el conjunto. No se descarta que se tenga que contratar a una empresa externa, dado que con los medios que tienen las áreas de Patrimonio o Almacenes Municipales no puede llevarse a cabo (...).
Fue necesario emplear una gran grúa para poder bajarlas. - Foto: Luis López Araico(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de hoy jueves o aquí)