Las bodegas subterráneas de Aranda de Duero se podrán visitar de forma estable y con horarios de apertura en el último cuatrimestre del año. Este pilar del patrimonio enológico de la capital ribereña, al menos las galería que cuidan y conservan las peñas arandinas, que este año ostenta el reconocimiento de Ciudad Europea del Vino, se podrá ver siempre que sean los propios peñistas los que las abran.

«Las visitas calendarizadas se llevarán a cabo de septiembre a diciembre», recalcó la alcaldesa de Aranda, Raquel González, que recordó que desde la oficina de Turismo se enseña la bodega de las Ánimas, en un horario restringido, y que durante los meses de verano y en fin de semana la gran mayoría de las peñas celebran sus fiestas y mantienen abiertas sus bodegas, por lo que quien quiera bajar podría hacerlo.

Mientras se aclara esta situación y se crea un calendario para abrir en la recta final del año estas galerías visitables, el Ayuntamiento está estudiando destinar una partida de 10.000 euros para cada una de las peñas del municipio, incluyendo a las ocho que hasta ahora se beneficiaban de estas ayudas para el arreglo de sus bodegas a la Peña Taurina, que también gestiona una de estas partes del patrimonio subterráneo arandino. Así, la partida ascendería a 90.000 euros, siempre y cuando las peñas cumplan la condición de haber invertido 15.000 euros en arreglos necesarios para la conservación y mantenimiento de sus bodegas, que con la falta de uso de los dos últimos años, y una menor aireación, están acusando desprendimientos y algunas filtraciones preocupantes.