Al igual que en el panorama político, los sindicatos celebran cada cuatro años un periodo de elecciones para escoger los delegados que darán voz a los trabajadores en las empresas de más de 6 empleados. En la provincia este marco arrancó el pasado septiembre, aunque será a partir de febrero y marzo cuando se concentren la mayoría de los actos. En total los sindicatos se juegan 3.012 puestos de representación en seis grandes sectores de la economía burgalesa según los datos que tiene en su poder CCOO. La industria es donde más habrá en juego con 1.131 delegados, seguida de los servicios a la ciudadanía con 560 y de los servicios con 447.

«Celebramos elecciones todos los años en todos los sectores, aunque ahora llega un periodo fuerte en el que se juntan procesos en compañías grandes con otras en pequeños negocios como talleres», recuerda Juan Núñez, secretario provincial de CCOO. Las oficinas de este sindicato y de UGT son estos días un hervidero de gente que prepara las candidaturas en sus diferentes centros de trabajo. «Somos el único colectivo al que se le exige justificar en todo momento nuestra representatividad», lamenta el líder de UGT-FICA, Ramiro Marijuán, que no niega que el proceso llega con«desgana». «La patronal, únicamente con asociarse, ya tiene demostrada su representación», insiste. Reconoce Marijuán que las elecciones sindicales son «un desgaste tremendo» tanto a nivel económico como profesional y también personal.

Los comités de empresa solo son obligatorios en centros a partir de los 50 empleados en plantilla. Muchas firmas tienen en cuenta todos los pros y los contras a la hora de sobrepasar este límite, que obliga tener 5 representantes en el comité. De 100 a 250 trabajadores, el comité debe tener 9 miembros; de 250 a 500, 13 miembros; de 500 a 750, 17 miembros, y a partir de 750 los comités son de 21. Con un mínimo de 6 trabajadores ya se avala la celebración de elecciones para elegir un delegado sindical, mientras que entre 30 y 50 el numero de representantes alcanza los 3.

Viejos y nuevos. El proceso electoral se divide en dos grupos: por un lado en las compañías donde ya existe una representación sindical y por otro en las conocidas como empresas blancas, aquellas sin delegados. Es precisamente en estas donde las organizaciones ponen más empeño para tratar de convencer a los empleados de las ventajas de contar con un enlace sindical. «Tenemos que procurar devolver la confianza que la gente nos ha transmitido al depositar la papeleta», indica Núñez.

Junto a la industria y a los servicios, durante los próximos meses sectores como la enseñanza (318 delegados), hábitat (385 delegados) o sanidad (171 delegados) elegirán a sus representantes. En algunos centros de trabajo, como es el caso de Bridgestone o Michelin, las elecciones se han celebrado meses antes de este periodo. Por contra, en otros como Benteler tendrán lugar en los próximos días.