Aguas salda su deuda tras pagar 11,3 millones en 12 años

J.M.
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Concluye el Plan Financiero firmado tras la creación de la sociedad municipal aunque se mantiene el canon por el que la ciudad recibe 2,8 millones anuales

Depósitos de agua en el cerro del Castillo. - Foto: Patricia

Cuando en el año 2010 el Servicio Municipalizado de Aguas se transformó en sociedad, aquel cambio tuvo consecuencias económicas tanto para la nueva empresa que se creaba como para el Ayuntamiento capitalino. A efectos contables, Aguas debía hacerse cargo de deudas de las que el Consistorio no quería ya saber nada y al entonces Ejecutivo local, muy lastrado a la hora de acometer inversiones por la durísima crisis económica del momento, no le venía nada mal lograr una inyección extra de dinero reclamando a la recién estrenada sociedad, la llamada gallina de los huevos de oro, un buen pellizco por inversiones sufragadas con sus recursos.

Más allá de que el cambio de servicio a sociedad fuera necesario para que Aguas pudiera modernizarse y hacer frente a inversiones millonarias e inaplazables en grandes infraestructuras (ampliación de la depuradora, nuevos depósitos de Cortes...), desde el punto de vista económico la transformación le venía también de perlas alAyuntamiento. Por un lado, porque comenzaría a ingresar una cantidad importante de dinero por un canon anual por la cesión de bienes demaniales del Ayuntamiento (este año, sin ir más lejos, recibirá casi 2,8 millones de euros) y por otra parte, porque ambas partes firmaron un Plan Financiero para que Aguas devolviera al Consistorio una deuda que se cifró en 9,3 millones de euros. Una cantidad a la que habría que sumar un 3% de intereses, lo que elevaría el montante final hasta los 11,2 millones.

Ese Plan Financiero ha estado vigente durante 12 años, pero Aguas ya lo ha saldado al abonar el ejercicio pasado los últimos 936.000 euros que adeudaba al Ayuntamiento. En este 2023 ya no tendrá que realizar aportación alguna.

Aunque Aguas sigue siendo una empresa de propiedad 100% municipal, lo cierto es que la conclusión del Plan Financiero tiene consecuencias para los dos implicados. Mientras a la Sociedad le da un importante colchón para incrementar las inversiones o una cierta tranquilidad para soportar el crecimiento del gasto de personal (tanto el derivado por la subida de salarios como por las numerosas incorporaciones que se avecinan), para el Ayuntamiento esta situación es un pequeño traspiés. Hasta el punto de que el Órgano de Gestión Tributaria y Tesorería hace una mención expresa a esta situación al analizar la caída de algunos ingresos en este 2023.

En este momento no se puede decir que el Ayuntamiento de Burgos atraviese por una situación complicada desde el punto de vista económico, pero en el medio plazo la situación podría no ser tan placentera. La suspensión de las reglas fiscales o la llegada de fondos europeos hacen que el viento sople de cola, pero estas circunstancias coyunturales podrían desaparecer. Y si eso ocurre, el Ayuntamiento se encontrará con que tiene que lidiar con un gasto corriente que crece como la espuma, con unos costes de personal que se han disparado y con la amenaza de que la venta de parcelas en el Consorcio del Desvío se atasque y tenga que ser el Consistorio el que asuma con sus recursos amortizaciones de deuda millonarias.

Por suerte para el Ayuntamiento, el canon por la cesión de bienes se mantiene y los ingresos por esta vía se incrementarán este año en algo más de 90.000 euros ya que están ligados a la evolución del IPC.

Dicho de una manera práctica y sin entrar en matices (que también los hay), la transformación de Aguas en sociedad ha permitido al Ayuntamiento acometer inversiones anuales por valor de entre 2,5 y 3 millones de euros y evitar que los ciudadanos hayan soportado una subida impositiva.