Un ronroneo que evita la soledad

Ó.C.
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La protectora MAPA y la Plataforma del Voluntariado unen a los mayores con los gatos para que entre ambos se hagan compañía

Las voluntarias de MAPA presentaron la iniciativa en el mercadillo. - Foto: Ó.C.

La soledad afecta no solo a las personas. Por este motivo Miranda Animal Protección Animal (MAPA) y la Plataforma del Voluntariado ponen en marcha una iniciativa con la que juntarán dos eslabones débiles de la cadena: los mayores y los gatos. La protectora empezó con la difusión del proyecto y salieron a la calle para colocar un puesto informativo en el mercadillo semanal. En él, Lucía Guinea explica que «hay muchas personas que viven solas», lo que hace que la soledad sea su principal compañera y por este motivo tratan de encontrar en esos hogares «un lugar de acogida» para los animales que recogen de la calle. 

De esta manera, Guinea reconoce que «con este proyecto sabemos que ambas partes pueden hacerse un bien mutuo», y remarca que los animales que entrarán en el programa serán «los gatos adultos porque conocemos el carácter y su manera de ser», ya que tendrán en cuenta que no haya problemas en la entrada del nuevo inquilino a la vivienda. 

En MAPA indican que con este método pueden encontrar una solución para los abandonos, que afecta sobre todo a los felinos que pasan de una cierta edad, ya que «existe una cultura de acoger al gatito pequeño y tristemente cuando un gato tiene cuatro o cinco meses la gente ya no lo quiere adoptar cuando la media de edad de un gato es de 18 años». 

Por este motivo la iniciativa parte con la intención de que los mayores que participen ofrezcan un punto temporal, antes de encontrarles un lugar definitivo, «pero si quieren adoptarlo porque le han cogido cariño tampoco habría problema». En la protectora tratan de sumar puntos de estancia momentánea para los animales «para poder rescatar a más de la calle», ya que en ocasiones cuando reciben una llamada «tenemos que decir que no». De hecho, Guinea reconoce que una de las voluntarias «tienen 17 gatos en su casa», lo que da una muestra de la saturación que tienen en la protectora.

En estos momentos, MAPA acoge veinte animales que podrían entrar en el programa para combatir la soledad de las personas mayores. Los ejemplares proceden de abandonos y de camadas. En el primero de los casos Guinea indica que un gato que ha estado en casa «en la calle dura un telediario porque no están preparados e incluso han llegado a dejar animales sin uñas que tienen una muerte segura». 

Sobre las camadas, en el colectivo subrayan que tratan de aplicar el plan CES con el que esterilizan ejemplares de las colonias callejeras. Para aplicar esta medida en los tiempos más duros de la pandemia tuvieron problemas, pero en estos momentos «seguimos teniendo más dificultades que antes del coronavirus», lo que ha posibilitado que haya más nacimientos.

Además, recuerdan que en Miranda no existe ningún sitio municipal donde poder recogerlos, aunque el nuevo centro de protección contará con gateras, por lo que desahogará un poco a la protectora cuando abra las puertas, pero recuerdan que al margen del nombre, se llame perrera o no, «este será un espacio en el que van a llegar animales abandonados, no va a ser un hotel de cinco estrellas», matizan.

El puesto sirvió para dar visibilidad las acciones que desarrolla MAPA, porque «todavía hay gente que no nos conoce incluso que hay protectoras en Miranda».