El enemigo en el plato

A.G.
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El Ayuntamiento difunde en su web la 'Guía de los Trastornos de la Conducta Alimentaria' que publicó en junio la Universidad de Burgos ante el incremento y el empeoramiento de estas patologías durante la pandemia

La distorsión de la imagen personal es frecuente en estos trastornos que se deben a múltiples factores como la baja autoestima o la escasa tolerancia a la frustración. - Foto: Alberto Rodrigo

Los datos son absolutamente preocupantes. Los trastornos de la conducta alimentaria se han incrementado y han empeorado exponencialmente en esta provincia durante la pandemia, tal y como han constatado tanto la Asociación de Familiares de Enfermos de Personas con Anorexia y Bulimia de Burgos (Adefab), cuya demanda de consultas se ha triplicado, como la Unidad Regional de Trastornos Alimentarios (URTA), que forma parte del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Burgos y cuyas profesionales han observado que el confinamiento incrementó los casos, empeoró los ya diagnosticados y provocó recaídas. Por esta razón, las personas expertas consideran que es más necesaria que nunca la divulgación sobre qué son los trastornos de la conducta alimentaria (TAC), cómo se puede ayudar a quienes los sufren y si hay alguna manera de prevenirlos.

La Universidad de Burgos (UBU) presentó a finales del pasado mes de junio un documento que va precisamente en este sentido. La Guía de trastornos de la conducta alimentaria. Respuestas sencillas a preguntas complejas, de María Ángeles Martínez, María del Mar Herrero, Daniel Ortega y Rosa María Araguzo, se dio a conocer en el marco de una jornada de prevención y sensibilización de estas patologías organizada por la Facultad de Ciencias de la Salud de la UBU, y ahora el Ayuntamiento la ha incluido en su página web (http://www.aytoburgos.es/recursos-programas-educativos) dentro de los recursos para docentes. La guía surge de la colaboración entre el Ayuntamiento, la Universidad y Adefab que ya se había iniciado con una campaña de prevención desarrollada en el curso 2019-2020.

Dirigida a adolescentes, jóvenes, educadores y familias, el objetivo de este texto es, según explica María Ángeles Martínez, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UBU y coautora, "acercar de manera didáctica y amena esta realidad haciendo énfasis en la prevención a través de la educación como herramienta principal para abordar este grave problema". Martínez ya publicó en el año 2015 junto a la psicóloga María del Mar Herrero, Todo sobre los trastornos de la conducta alimentaria. Una visión multidisciplinar desde la experiencia y la evidencia científica (Editorial Altaria).

"Desde nuestro punto de vista, y esperamos coincidir con las personas que la utilicen -profesionales de la salud, asociaciones familiares, docentes, etc-, constituye un recurso educativo dinámico, comprometido y accesible tanto para la población más vulnerable como para el público en general. Creemos, y con ese fin la hemos elaborado, que es una herramienta que puede servir de gran ayuda tanto para comprender y hacer visible la complejidad de estos trastornos como para favorecer su prevención, detección e intervención tempranas".

De estructura sencilla, cada uno de los aspectos abordados -definiciones, señales, consecuencias, factores que pueden generarlos, cómo se puede ayudar, el papel de la familia y el centro educativo, la recuperación, la influencia de la covid...- cuenta con un apartado explicativo complementado con actividades (vídeos, crucigramas, casos, preguntas de verdadero o falso, testimonios, canciones, poemas...) que pretenden ayudar a reflexionar, y una conclusión. "Es de gran interés que se conozca -afirma Martínez- porque puede favorecer la detección de posibles casos. No olvidemos que la intervención temprana es primordial para prevenir la cronificación y para servir de apoyo a familiares, docentes y amigos de quienes puedan presentar un TCA o estén en riesgo".

Los trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades mentales, explican las autoras, "muy serias y complejas, causadas por múltiples factores entre los que destacan una baja autoestima, el perfeccionismo, la presencia de dificultades de regulación emocional y la baja tolerancia a la frustración". Los más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y los trastornos de atracones, y presentan "una fuerte vinculación con la obesidad y se relacionan ampliamente con la dismorfia muscular, tradicionalmente conocida con como vigorexia, y la ortorexia".

Existen algunos factores predisponentes que pueden generar y mantener estas patologías como la edad (sobre todo entre los 12 y los 20 años aunque está variando y se puede iniciar más tempranamente o en la edad adulta), el sexo (tiene mayor prevalencia en mujeres), el sobrepeso, las características de personalidad, las circunstancias ambientales (familia con problemas psicológicos o conflictividad, acoso escolar, abusos o aspectos socioculturales como la moda o la publicidad) o la genética.

EL DAÑO DE LA TECNOLOGÍA. Las autoras del libro no dudan en afirmar que un uso "desmedido e irresponsable" de las tecnologías de la comunicación está haciendo mucho daño y constituye un factor de riesgo: "Han aumentado enormemente en los últimos años las páginas web en las que se presenta la anorexia y la bulimia no como enfermedades mentales sino como estilos de vida o que hacen apología de los TCA, los perfiles de redes sociales con contenidos muy peligrosos para la salud al incluir dietas salvajes, tablas de peso, ‘carreras de kilos’, hashtags específicos sobre la búsqueda de la delgadez...".

Pero no todo es negativo en este campo ya que -recuerdan- existen también iniciativas que tratan de aprovechar el potencial de la tecnología para mejorar el tratamiento de estos trastornos. Además, algunas redes sociales, como por ejemplo Instagram, incluye una advertencia cuando se buscan imágenes con el hashtag ‘mía’, que hace referencia a la bulimia: "Hemos ocultado publicaciones con el hashtag ‘mía’ para proteger a nuestra comunidad de contenido que podría incitar a comportamientos que pueden causar daños e incluso llevar a la muerte".

Si se busca ‘ana’, que significa anorexia, el mensaje es el siguiente: "Las publicaciones recientes de ana están ocultas porque puede que algunas no cumplan nuestras normas comunitarias". Uno de los enlaces que propone este texto es a los vídeos Las princesas no comen y ¿Conoces a las amigas que aconsejan a tus hijos? promovidos por Orange y que pretenden que los adultos conozcan más a fondo qué ocurre en las redes sociales y los grupos de apoyo que fomentan los trastornos de la conducta alimentaria.