Una ribereña explora el otro lado del charco

M.G.
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Elena Lázaro, de Terradillos de Esgueva, recorre Panamá en el marco de la Ruta Inti

Elena Lázaro Íñiguez mostraba su ilusión antes de comenzar una nueva experiencia en Panamá gracias a la Ruta Inti. - Foto: M.G.

La expedición Ruta Inti, heredera de la ruta Quetzal, ha vuelto al continente americano este verano. En esta edición, la única ribereña que participa es Elena Lázaro Íñiguez, una joven de Terradillos de Esgueva que a sus 24 años «nunca había hecho un trayecto de estas magnitudes», como ella misma aseguró poco antes de empezar el recorrido.

Para poder participar, Elena tuvo que seguir una serie de pasos: «Además de enviar un curriculum y una carta de motivación, hay que llevar a cabo un trabajo de entre cuatro temas que propone la organización. Cuando está escogido, se presenta con un anexo, se explican las referencias y te hacen una valoración. El último paso es una entrevista enfocada en las motivaciones para unirse a la ruta». En su caso, realizó una investigación sobre un tejido característico conocido como Mola. Elena detalla que lo elaboran las mujeres de un pueblo indígena llamado Guna y que tiene «un significado importante para su comunidad y política porque hubo un tiempo en el que se prohibió». Ella asegura que trató de plasmarlo en formato digital con ayuda de Photoshop. Como el programa utiliza varias capas, siguió el mismo proceso que se emplea en la creación de estos telares.

Justo antes de embarcarse en esta aventura, Elena reconoció que se moría de ganas por «conocer a otras personas que compartan esa motivación por viajar y conocer culturas de esta forma». Además, le atraía especialmente estar en contacto con la naturaleza, así como los talleres académicos que están desarrollando. «Como yo en mi tiempo libre hago maquillajes artísticos y caracterización, pensé que podría hacer una reinterpretación de las Molas. En su origen eran pinturas que los indígenas aplicaban sobre su cuerpo, aunque ahora sean telas», puntualizó la joven acerca de su actividad.

Casi un mes después, Elena regresa con una mochila cargada de nuevas experiencias, entre las que a buen seguro se encontrará la visita a un museo de Panamá sobre las Molas.

Al margen de la aventura como tal, Lázaro reclama que «debería hacerse más promoción de la ruta y ofrecer becas en Castilla y León para que más jóvenes de Burgos y la comunidad se unan».

El viaje comenzó el 24 de julio en la capital de Panamá, para después recorrer la zona colonial. El segundo tramo transcurrió por la naturaleza y en él se reflexiona sobre el medio ambiente, la identidad de los pueblos originarios y el papel de la mujer indígena. La última etapa está ligada al mundo afroantillano y las implicaciones que tuvo el neocolonialismo.