Vocación de héroes

ARSENIO BESGA
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Los niños de Los Ángeles participan en el plan 'Recíclate hasta el infinito', con el que aprenden a salvar el planeta. «La idea es devolver la información a los vecinos», comenta su profesora

Los Ángeles tiene su propio punto de reciclaje en el centro. - Foto: A.B.

Los ataques al medioambiente se repiten desde hace décadas. Sin embargo, cada día florece una nueva iniciativa que busca salvar el planeta y preservarlo para el disfrute de las generaciones futuras. El colegio mirandés Los Ángeles desarrolla hace meses un programa transversal bajo el título Héroes. En ese marco se incluye Recíclate hasta el infinito, el último de sus planes. Gracias a estas lecciones, los niños del centro están descubriendo por sí mismos cómo se gestionan los residuos. Además, según comenta su profesora Déborah Colás, pretenden divulgar lo aprendido. «La idea es devolver la información a los vecinos», explica.

Esta aventura comenzó, en realidad, allá por noviembre. De la mano del proyecto Naturaliza de Ecoembes y de la iniciativa de Colás, los alumnos de sexto de primaria se embarcaron en una travesía didáctica sumamente gratificante. El objetivo, según la docente, pasa por dotar a sus pupilos de «una conciencia ambiental imprescindible en los ciudadanos del presente y del futuro». Para lograrlo, diseñaron el programa Héroes, que se extiende en el tiempo y abarca dos misiones clave.

La más reciente de estas actividades se inició el 26 de enero, paralelamente a la celebración del Día de la Educación Ambiental. «Los alumnos han comenzado viendo un vídeo, en el cual han descubierto la problemática que supone un objeto muy cercano: las pajitas de plástico», comenta la profesora. Según cuenta, gracias a un profundo análisis de datos, los propios niños se han percatado de las consecuencias generadas por el plástico a nivel mundial. A raíz de ese rastreo informativo, uno de ellos ha recibido un correo solicitando ayuda a los «héroes» para reducir la basura que se deposita en el vertedero.

Tras ese paso, comienza el verdadero esfuerzo de los muchachos. «Ahora tendrán que investigar sobre la basura: dónde va, cuánto reciclan los vecinos y cuánto se recicla en el colegio, cómo de informada está la gente», analiza Colás. Con todo ese contenido aprehendido, solo faltará un trámite: poner en común sus propuestas. De esa manera, el contenido tendrá un fondo práctico y tangible, será una solución real y no una teoría memorizada y replicada. «Harán pequeñas cosas que conseguirán un gran cambio», sostiene la maestra.

A fin de conseguir los datos necesarios, los niños deberán llevar a cabo «un estudio». «La idea es entrevistar a los vecinos, hacer un recuento de contenedores y, si no son suficientes, solicitárselo al Ayuntamiento», explica. «Después buscaremos información sobre a dónde va la basura, quién la trata. Podríamos ir a visitar algún lugar de gestión de residuos», completa Colás.

Eso sí, el programa está «abierto». El ingenio de los alumnos enriquecerá su desarrollo, como ocurrió con la misión realizada en el trimestre anterior. Por aquel entonces, con la campaña Y tú, ¿de dónde comes?, los jóvenes mirandeses se volcaron para descubrir en qué consistía la agricultura y el consumos sostenible. Y no solo buscaron información, sino que conocieron de primera mano espacios como la frutería de Bayas o la huerta social de Cáritas. Además, divulgaron lo aprendido con carteles para combatir la arraigada desinformación en la que aún se sumerge la sociedad. A fin de cuentas, como el reciclaje, salvar el planeta tiene un sentido cíclico: todo se reutiliza, lo que se recibe siempre se devuelve.