Un agradecimiento para los valientes

B.A.
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Los alcaldes de los ayuntamientos que entregan cheques bebé reconocen que no sirven para atraer población, pero sí para premiar a aquellas familias que apuestan por criar a sus hijos en el medio rural, excepto en Villarcayo, donde se ve positivo

En Berlangas nacieron 4 niños entre el verano de 2021 y el de 2022. Tres de ellos tienen hermanos mayores, por lo que las risas infantiles están garantizadas en la localidad durante unos años. - Foto: Valdivielso

En algunos pueblos de la provincia los bebés, además de con un pan, llegan con un aguinaldo bajo el brazo. La Junta acaba de anunciar la concesión del conocido como 'cheque-bebé' para los nacidos en 2023, pero durante los último años varios ayuntamientos de Burgos han aprobado ordenanzas que regulan incentivos similares. Desde los 2.000 euros de Villarcayo, a los 1.000 euros de Caleruega, los 300 de Peral de Arlanza o los 200 de Berlangas de Roa. En la mayoría de los casos, ayudas para las familias que no han servido para atraer población, sino para premiar y de alguna forma agradecer su apuesta por vivir en el medio rural, echar raíces y formar una familia en estos pueblos. Así es como lo ven también sus alcaldes, a excepción de en Villarcayo, donde piensan que ese dinero sí ha comenzado a servir para frenar el acusado descenso de población que se registraba en lustros pasados.

Berlangas de Roa es uno de los últimos pueblos que se ha sumado a gratificar a aquellos vecinos que se han convertido en padres y residen en el municipio, y curiosamente lo han iniciado en un época excepcional de nacimientos, ya que entre el verano del 2021 y el de 2022 se convirtieron en nuevos habitantes de Berlangas 4 pequeños: Ángel, Gabriel, Izan y Jorge. La norma se aprobó a finales del pasado año, pero con carácter retroactivo.

«Fue una vecina la que lo propuso y decidimos seguir adelante con la iniciativa», reconoce Silvio Pascual, su alcalde, que es claro: «Los 200 euros que ofrecemos no son suficiente para que nadie decida venir a vivir, pero lo que buscábamos desde el Ayuntamiento era premiar a aquellas familias que han apostado por quedarse en el medio rural». 

Carritos, bicis y triciclos se han adueñado de las calles de Berlangas estos últimos años.Carritos, bicis y triciclos se han adueñado de las calles de Berlangas estos últimos años. - Foto: Valdivielso

En el caso de Berlangas, lo habitual es que nazcan 1, 2 o ningún bebé al año, lo de ese periodo fue algo anómalo. De esas cuatro familias, dos son originarias del municipio y otras dos se mudaron a Berlangas hace varios años. «Todos vivíamos ya en el pueblo cuando surgió la ayuda. No es mucho, pero se agradece, por lo menos tenemos para unos cuantos paquetes de pañales», comenta Elena Rodríguez, una de las mamás, que recuerda que tres de estos cuatro pequeños también tienen hermanos un poco más mayores, por lo que la algarabía por las calles de Berlangas está garantizada unos cuantos años más. 

También ha sido inusual lo que ha sucedido recientemente en el Valle de Valdivielso, donde el Ayuntamiento aprobó una ayuda de 2.000 euros (500 al año durante 4) para las familias que tuvieran hijos. En los últimos 16 meses han nacido tres, la última, hace solos días, se llama Mae y acompañará en los juegos a Amets, Izaro y Beñat. «La situación es fruto de las parejas jóvenes que recientemente han venido a vivir al valle», explica Jokin Garmilla, su alcalde, que asegura que es obvio que nadie se va a vivir a un pueblo por ese cheque bebé, pero sí resalta que el medio rural ofrece otros aspectos importantes para decantarse por una vida en él. Dos de los pequeños viven en Arroyo, los otros dos en Puentearenas. «En total tenemos 4 niños, los 3 más pequeños y el hermano de uno de ellos, que ha cumplido ya 4», comenta orgulloso. 

En Caleruega, curiosamente, el último bebé que ha nacido es el de su alcaldesa, Lidia Arribas, que se ha convertido en madre por primera vez hace tres meses. Fue además ella, al poco tiempo de tomar las riendas del Ayuntamiento, en el 2016, quien entregó el primer cheque bebé, desde entonces han sido 5 los niños que se han beneficiado de esta ayuda directa de 1.000 euros y que se gestó tiempo atrás, durante el mandato de José Ignacio Delgado, con Arribas como concejala. 

Además, el año pasado revisaron la ordenanza para adaptarla a los tiempos y a las necesidades. «Modificamos el empadronamiento de los padres, en vez de los dos, establecimos como válido que solo uno estuviera empadronado, eso si, siempre antes de los tres años del nacimiento del hijo.Además, la corporación debe verificar que residen y hacen vida en el pueblo», explica la alcaldesa, que señala que ha habido casos en los que los padres y el hijo estaban empadronados, pero al no vivir de forma continua no percibieron la ayuda. También se incluyó de forma explícita, aunque ya lo estaba implícita, la concesión a familias monoparentales. 

En el caso de Caleruega, como comenta Arribas, las familias que se han beneficiado de la ayuda ya residían en el pueblo. «No ha ayudado a que nadie se empadronara. Son personas que ya vivían aquí y que han tenido hijos. Se trata de ayudar o gratificar de alguna forma a aquellas parejas jóvenes que han apostado por vivir en el pueblo y criar aquí a sus hijos», relata la alcaldesa, que recuerda que durante estos años han nacido en el pueblo más de 5 niños, pero que no se han beneficiado de la ayuda al no cumplir alguno de los requisitos. 

Una de las primeras medidas que tomó Gabriel García Maté cuando llegó al Ayuntamiento de Peral de Arlanza fue crear medidas que favorecieran el asentamiento y desarrollo de la vida familiar. Durante los últimos 5 años han ido aprobando una ordenanza a través de la que se gratifica con 300 euros a aquellos niños que nazcan en el pueblo. «En 2022 no dimos ninguna, pero durante estos años se han concedido 5 por nacimiento», explica el alcalde, que reconoce que esta medida no es suficiente para favorecer la población en el medio rural. «Lo que realmente facilitaría el asentamiento sería la generación de puestos de trabajo», relata. En el caso de Peral, también se conceden subvenciones para la compra de material escolar para los niños que asisten al colegio o al instituto y que residen en el pueblo. En este último caso se otorga hasta un máximo de 100 euros por niño. 

Sotillo de la Ribera es uno de los últimos municipios que ha adoptado esta política de ayudas. Las aprobaron en abril del pasado año, pero con carácter retroactivo a 15 de junio de 2019, para que pudieran servirse de ella los niños nacidos en un periodo de tiempo más amplio. Con el objetivo «de fomentar la natalidad en la localidad y fijar población», como señalan, acordaron una ayuda de 1.000 distribuidos a lo largo del quinquenio en cantidades de 200 anuales. De momento, han sido 9 las familias beneficiadas: 3 en 2019; 4 en 2020; y 2 en 2021.

Los alarmantes datos, con un acusado descenso de nacimientos entre sus habitantes, (16 en el 2018; 11 en 2019; 12 en 2020; y 8 en 2021) llevaron al Ayuntamiento de Villarcayo a aprobar en diciembre del 2021 una ayuda directa de 2.000 euros. Y parece que ha hecho efecto, el año pasado nacieron 11 niños, de los cuáles 10 se beneficiaron de la ayuda, el otro no cumplía con los requisitos. «Nuestra valoración es positiva ya que hemos conseguido revertir la tendencia negativa y que la cifra de nacimientos aumente un 37,5%, desde los 8 de 2021 hasta los 11 en 2022. Esta medida ha ayudado a que parejas jóvenes del municipio que han sido padres durante 2022 hayan tenido ese apoyo económico que les ayuda en los gastos iniciales de la natalidad», comenta el alcalde, Adrián Serna. 

El regidor también reivindica a otras administraciones superiores que adopten medidas económicas y fiscales que favorezcan la natalidad y ayuden a los jóvenes a crear e iniciar su familia. Y en esa línea se expresa también Javier Vicente Cadiñanos, alcalde de Pancorbo, uno de los primeros pueblos de la provincia que adoptó este tipo de medidas, en concreto desde marzo del 2007. «Se ofrecen 800 euros, el 50% al mes de nacer, el 25% al año y el otro 25% a los dos años, para garantizar así que se esté empadronado durante más tiempo. Desde entonces hemos concedido 39», señala el regidor, que afirma que en el 2015 se modificó la ordenanza: «si solo está empadronado uno de los progenitores se otorga el 50% de la ayuda». 

Para Javier Vicente Cadiñanos estas medidas son insuficientes para mantener población. «De hecho hemos perdido 70 empadronados desde que se aprobaron», reconoce, y lo tienen claro: «Es necesario que se adopte una fiscalidad favorable para los habitantes de los pueblos, es solo una voluntad política. Vivir en el medio rural es más caro, hay menos servicios y obliga a hacer desplazamientos», comenta el regidor, que piensa que es vital que se oferten viviendas de carácter social para fomentar ese asentamiento de población joven y también servicios de calidad. 

Este tipo de ayudas también estuvieron vigentes en Castrillo de la Vega varios años. En este caso, la ordenanza por la que se concedía una ayuda directa de 1.000 euros por niño nacido se aprobó en marzo de 2017, pero la corporación decidió derogarla en septiembre de 2021. Durante este periodo, confirman desde el Ayuntamiento, se entregaron 17 cheques: 3 en 2017; 2 en 2018; 8 en 2019; 3 en 2020 y 1 en 2021. «Todas las familias beneficiadas eran residentes en el pueblo y lo siguen siendo, excepto dos, que ya no están», confirman.