El Delibes denuncia el «déficit» de limpieza

B.G.R.
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Se suma así a los colegios Jueces de Castilla y Juan de Vallejo, aunque en su caso arrastra el problema desde hace años porque el contrato le recoge como centro de 2 líneas y es de 3

El centro tuvo que ser ampliado cuatro años después de abrirse por el crecimiento del barrio del G-3. - Foto: Valdivielso

Las quejas al Ayuntamiento por la falta de limpieza en los colegios públicos continúan extendiéndose. Ahora es el Miguel Delibes, ubicado en el G-3, el que denuncia una situación que se viene repitiendo desde hace años pero que se ha visto acrecentada desde que comenzó la pandemia al requerirse un servicio más profundo para la desinfección de los espacios educativos.  Desde la Dirección del centro se han remitido numerosos escritos a los responsables municipales, que han «ignorado» la situación.

El problema del «déficit» de limpieza radica en que los pliegos de los concursos convocados a tal fin no recogen la realidad de las instalaciones. Su responsable, Ana Tomé, explica que las dependencias se pusieron en marcha en 1994  y fueron concebidas como un centro de línea dos (dos clases por curso) y un total de 18 unidades. El crecimiento demográfico del barrio hizo que cuatro años más tarde pasara a ser de línea tres y contar con 27 aulas. Y a ello se suma que los desdobles realizados para cumplir con los protocolos de la Junta contra la covid han supuesto un nuevo incremento hasta un total de 34, habilitándose para ello espacios comunes como el gimnasio o la biblioteca, que antes de la pandemia se limpiaban dos veces a las semana pero ahora deberían ser objeto de una higiene continuada. Lo mismo ocurre con la antigua casa del conserje, donde hoy en día se imparte docencia a varios grupos.

Esto provoca que el «nivel de limpieza en el colegio deja bastante que desear», habiendo optado el equipo directivo por relegar espacios como despachos en favor de las aulas. «No llegamos ni a 70 horas de servicio y por lo menos necesitaríamos 15 más», señala Tomé, quien detalla que esta circunstancia provoca que «las papeleras no se vacíen de un día para otro o que las mesas sigan con marcas de lapicero». Remarca que su petición «no es un capricho», ya que «ver aumentado el horario de las trabajadoras que acuden por la tarde al colegio es algo de urgente necesidad».

El equipo directivo alaba el trabajo de las limpiadoras, que lo realizan con gran «esfuerzo y dedicación», si bien advierte que no solucionar la situación supone que «no se alcance un nivel de higiene y desinfección óptimo en las aulas, escaleras, pasillos y zonas de uso común, con el consiguiente problema de suciedad y mala imagen».

Visita a las instalaciones. Han sido numerosos los escritos que se han registrado para pedir la ampliación del horario de este servicio, con resultado «infructuoso, por lo que seguimos en el mismo punto». Por ello, en el último documento dirigido al alcalde, Daniel de la Rosa, se invita a los técnicos y responsables municipales a que visiten las instalaciones educativas para que comprueben «in situ» las demandas de un colegio que acoge a 700 alumnos durante este curso. Tomé va más allá e insta a que se revise la realidad de cada centro porque las «necesidades cambian».

Las quejas del Miguel Delibes se suman a las que expuso el Jueces de Castilla a principios de mes, que han sido resueltas con la firma de contrato menor, y a las del Juan de Vallejo, donde problemas continúan, afectando a cuatro aulas y unos baños que se usan por los desdobles, sin que se haya dado alguna solución, según la Dirección.