Un recurso retrasa el inicio del grado de Piloto de la UBU

B.G.R.
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Una de las empresas que optaba a la formación práctica llevó la adjudicación al tribunal de reclamaciones contractuales, que ha dado la razón a la institución

Las clases prácticas serán impartidas por la escuela Flyby, con sede en el aeropuerto de Villafría. - Foto: Valdivielso

La Universidad de Burgos se ha encontrado con varios contratiempos a la hora de poner en marcha su nuevo título propio de Piloto Comercial de Aerolínea para el Transporte de Personas y Mercancías, que aprobó el Consejo de Gobierno en junio con la previsión de que las clases comenzaran este curso. La última ha sido una reclamación ante el Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales de Castilla y León (Tarcyl), que acaba de dar la razón a la institución docente, por lo que su impartición se retrasará  hasta el próximo curso, que comienza en el mes de septiembre.

La Fundación General de la UBU, de quien dependen estos estudios, sacó a concurso la formación práctica que ofrecerá una escuela acreditada de pilotos (ATO), adjudicándosela a FlyBy, con sede en el aeropuerto burgalés de Villafría.Sin embargo, la otra propuesta que concurrió al proceso, una Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por World Aviation y Aero Link Air Services, recurrió la decisión ante el Tarcyl al considerar que presentaron la oferta «más ventajosa y que cumplían con la totalidad de las especificaciones técnicas requeridas en el contrato», incluida la citada certificación.

Previamente, la mesa de contratación formuló una consulta a la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) sobre si una UTE podía  impartir las materias específicas del título de piloto comercial con las acreditaciones correspondientes. El organismo estatal consideró que dicha fórmula empresarial «no disponía de las habilitaciones exigidas en el momento en que se presentaron las ofertas» .

El tribunal se pronunció en el mismo sentido a principios de este mes, desestimando el recurso y levantando la suspensión del procedimiento de adjudicación. Esto ha supuesto un retraso respecto a los planes que manejaba FlyBy cuando logró el contrato en diciembre, que aún queda pendiente de formalizar con la UBU. Ante esta situación, el director de la compañía, Alejandro Álvarez, reconoce la «imposibilidad» de poder comenzar las clases en marzo, según se había planteando tras la resolución del concurso. «Se empezará en septiembre porque de la otra manera hubiese sido demasiado precipitado», explica. Por su parte, fuentes de la UBU aseguran «no tener ningún problema» con el cambio de fechas y subrayan que continúa con la «misma ilusión» de impartir dichos estudios «tal y como estaban previstos en principio».

Proyección. La matrícula se reabrió en diciembre, ya que el informe de la AESA también pospuso los planes de hacerlo en julio, si bien el recurso ante el Tarcyl impedía poder formalizarla por parte de aquellos estudiantes que estuvieran interesados. Posponer el inicio de las clases permitirá, según Álvarez, poder llevar a cabo una promoción del grado con más proyección. Asegura que desde esa publicidad inicial se han recibido solicitudes de información respecto a estas enseñanzas, sobre todo en la jornada de puertas abiertas online de la escuela de este mes. 

Tanto FlyBy como la UBU confían en superar el número mínimo de alumnos para poder impartir el título (cinco y un máximo de 28) atrayendo a estudiantes de todo el mundo que quieran obtener el título de piloto comercial y un grado universitario, distribuido en tres años y 204 créditos y docencia íntegramente en inglés.