Regresar como alumno a las aulas universitarias, en este caso de la UBU, después de más tres décadas al pie del cañón juntando letras en Diario de Burgos está siendo, sin duda, una formidable y enriquecedora experiencia vital, no solo en el plano personal sino también en el profesional. Un periodista que se precie -así me lo inculcaron desde el primer día maestros y mentores- nunca deja de aprender ni se jubila profesionalmente. Siempre debe estar abierto a ampliar sus conocimientos, a sumar experiencia y compartir experiencias y, sobre todo, a seguir tomando el pulso informativo, además de continuar escribiendo para que la pluma nunca se oxide. Tenían mucha razón.
El Programa Interuniversitario de la Experiencia, una iniciativa de la Junta que ha puesto en marcha junto a la UBU en los campus de Hospital del Rey Burgos, Aranda, Miranda y Villarcayo, está mostrando para mí en este mi primer curso toda su virtualidad y eficacia como herramienta para un mayor acercamiento a la cultura, las artes, la historia, la geografía, la ciencia... y otras muchas materias, algunas de las cuales hasta ahora me eran ajenas. Está siendo además un estupendo marco de interrelación social, de diálogo intergeneracional y también espacio de debate.
Gemma Gloria Miguel, directora del programa, y su equipo de profesores y colaboradores realizan una magnífica labor docente. Merecen aplauso y reconocimiento por su dedicación, entrega y esfuerzo en este empeño que está permitiendo abrir de par en par y acercar más la UBU a esa sociedad burgalesa a la que sirve.
Es gratificante y aleccionador ver cómo una dinámica legión de mayores, jubilados, prejubilados... -más de seiscientos alumnos suma este curso-…no se resigna de ninguna de las maneras a un envejecimiento pasivo, a una vida muelle y sedentaria, a ver pasar los días y las ollas. No importan los estudios realizados, los añosos y motivados alumnos salimos como inquietos jovenzuelos de nuestra zona de confort para asumir nuevos retos vitales y formativos, a practicar dos días por semana -por distintos itinerarios- un saludable y benéfico pilates intelectual, a actualizar saberes además de compartir experiencias y conocimientos con profesores entregados. Al programa propiamente lectivo se suman excursiones y visitas culturales además de otras actividades como la asistencia a conferencias en el campus...
Una experiencia singularmente atractiva y estimulante para mí ha sido, sin lugar a dudas, la participación, junto a otros voluntarios, en La Voz de la Experiencia, una revista digital fruto de la colaboración de alumnos de cuarto curso del grado de Pedagogía y del Programa de la Universidad de la Experiencia.