El braille del arte

I.L.H.
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Míriam Rodríguez crea con un Trabajo Fin de Grado de la UBU un prototipo para modelar en 3D todo tipo de cuadros y hacerlos accesibles a personas con discapacidad visual. The M3T, premiado por la universidad, inicia las pruebas con obras de Picasso

Hasta ahora las personas con discapacidad visual solo tienen acceso a ver con los dedos determinadas obras de arte en museos o centros muy concretos. Son iniciativas como Hoy Toca el Prado o la de la Galería Uffizi en Florencia, con ciertos cuadros en relieve para recorrer de forma táctil. Pero para Míriam Rodríguez eso no es suficiente si estamos hablando de hacer inclusivo el arte. Por eso desde 2016 lleva investigando cómo hacer accesible a personas con discapacidad visual todo tipo de piezas de dos dimensiones (pintura, fotografía, grabado, dibujo...), a la vez que lo es para el resto y en el mismo espacio: «El Prado lo que hace es mostrar en relieve una serie de obras significativas. Y lo que yo propongo es recrear en 3D todas las obras de una exposición de cualquier espacio de arte», sostiene.

Desde hace ocho años lleva pensando cómo hacer, en definitiva, que «el arte sea para todo el mundo». Mientras estudiaba Comunicación Audiovisual en la Universidad de Burgos, Rodríguez investigó los software de modelación 3D para dar con el que cumpliese con sus expectativas, y permitiera dar forma a todo tipo de obra independientemente de su complejidad y técnica. El resultado, The M3T (Modelado 3D Tiflología), ha sido su Trabajo Fin de Grado y con él ha obtenido uno de los premios de la última convocatoria de Prototipos de Mercado de la UBU. Y ahora mismo, desde su Asturias natal, está haciendo las impresiones piloto con cuadros de Picasso. 

«Empecé con Músico arlequín y he continuado con Mujer sentada, de 1938. He elegido a Picasso porque me gusta mucho como pintor, pero sobre todo porque tiene una trayectoria muy compleja que abarca varias tendencias y etapas pictóricas, y para probar este prototipo y demostrar que vale con cualquier género y obra, escojo una de cada época», señala mientras explica el procedimiento: «Recreamos todas las líneas del cuadro y ofrecemos varios niveles de lectura, de menos a más». En las imágenes puede verse una primera impresión más sencilla que va acompañada de texto en braille y otra con mucho más detalle. «Guiamos a la persona sin privarla de la obra o sintetizarla», añade.

Míriam Rodríguez con su TFG.Míriam Rodríguez con su TFG.

Lo interesante de su proyecto es que es factible económicamente y se puede adaptar a cualquier exposición temporal, de ahí que llegue más allá que iniciativas como la del Prado que, por su coste, solo pueden llevarlo a cabo con piezas representativas. «Con la foto que te mandan, por ejemplo, para el catálogo puedes hacer la adaptación 3D. En imprimir una obra se tardan unas diez horas. Y el coste es muy asumible. Lo costoso es montar la empresa y adquirir el material, pero luego es un servicio que puedes ofrecer a un precio económico».

Su propuesta, además, no va en detrimento de lo que ya existe, sino que suma a las audioguías y paneles en sistema braille».

Prueba en un museo. El siguiente paso es poner a prueba las impresiones con personas que tengan distintos grados de discapacidad visual y hacerlo en un entorno museístico.Para eso trabaja junto a la ONCE de Oviedo y el Museo de Bellas Artes de la capital asturiana.

Van de menos a más: la impresión gris va primero y la marrón muestra al completo ‘Mujer sentada’ (1938), de Picasso.Van de menos a más: la impresión gris va primero y la marrón muestra al completo ‘Mujer sentada’ (1938), de Picasso.

«Vamos a probarlo el mes que viene. Con el museo estudiaremos cómo ubicarlo en una sala y de qué modo lo podemos adaptar también a otro tipo de públicos para que sea didáctico para todo el mundo». Porque la prioridad de su TFG «ha sido conseguir que dentro del mismo espacio de arte podamos vivir diferentes experiencias de aprendizaje sin necesidad de crear otros espacios paralelos. La experiencia debe de ser inclusiva y para todos». 

La diferencia entre seleccionar alguna obra o hacer accesibles todas
Desde el relieve de la ciudad que hay en el mirador del Castillo a El nacimiento de Venus de Botticelli, en la Galería Uffizi (imagen de la izquierda) o La fragua de Vulcano de Velázquez, en el Prado (foto de la derecha). Posibilidades para que las personas con discapacidad visual puedan ver a través de los dedos hay muchas y variadas, pero la dificultad para elaborar esas piezas hace que se reduzcan solo a algunos ejemplos. Hoy Toca el Prado, nombre de la iniciativa que la pinacoteca lleva a cabo con una exposición itinerante, reproduce seis obras de su colección. Significativas, sí, pero solo seis al fin y al cabo.  

La diferencia con The M3T, la impresión 3D en la Tiflología (ciencia que estudia la ceguera, cómo curarla y las necesidades de las personas con discapacidad visual) es que los costes de producción y el tiempo para realizar cada obra son mucho más reducidos por lo que se puede reproducir una exposición entera. Con la impresión de momento no se consigue, por ejemplo, el efecto de la perspectiva ni probablemente el reflejo en el espejo de Las Meninas de Velázquez. Pero sí la información básica del cuadro.