Juan Francisco Lorenzo

Pensar con los ojos

Juan Francisco Lorenzo


Clara

21/02/2022

Supongamos que su nombre es Clara, tiene 55 años y acude a un hospital cualquiera a una revisión rutinaria de despistaje de cáncer de mama en la que le encuentran una lesión en la mama derecha que deciden biopsiar. Hecha la biopsia, la citan 15 días después para comunicarle el resultado: material insuficiente. Esto obliga a repetirla y a esperar otros 15 días tras los cuales le informan que es un tumor maligno: la llamarán para iniciar el protocolo de cáncer de mama aunque no saben cuando. 

20 días después la reciben, le solicitan diversas pruebas cuyos resultados valorarán más tarde en una fecha aún por definir. Llegada esa fecha, la informan de los resultados aunque hay que repetir una ecografía para obtener más información. Cuatro meses después de la primera cita están finalmente todas las pruebas y la informan que la avisarán para operarla lo que sucede pasadas otras tres semanas. Durante ese proceso, Clara ha conocido a 4 médicos diferentes que tampoco la conocían a ella.

Una compañera me envía información de unas jornadas científicas sobre Humanización en Cáncer de mama, el asunto es pertinente a sabiendas de que mi Clara imaginaria representa a muchas Claras que viven con angustia, miedo y cierta desesperación situaciones emocionales límites sin el soporte humano ni los plazos que esas situaciones requieren. Y ahora más que nunca, porque el covid se ha convertido en un magnífico pretexto para maltratar a las personas en muchos ámbitos. 

La medicina basada en la evidencia científica debe dejar paso a la medicina basada en el paciente, porque el paciente es el centro de todo acto médico por encima de la organización del sistema que le ampara y de los profesionales que le atienden. 

No sabemos el desenlace final de la enfermedad de Clara, la ciencia no predice con certeza el futuro, pero sí sabemos cómo deben abordarse las situaciones de máxima vulnerabilidad en las que la incertidumbre y el miedo campan a sus anchas y las personas sienten su vida amenazada y, gestionar razonablemente los tiempos, empatizar y crear buenos vínculos ayudan a sobrellevar el sufrimiento.

Humanizar el cáncer, la enfermedad y la vida siempre fue importante, ahora, además, es urgente.