Xavi Rabaseda está dolido, al igual que todo el Hereda San Pablo y su afición. El alero azulón asume que "las cosas no podían haberse hecho peor" en los últimos minutos del partido en Andorra, que era "el más importante de la temporada" y en el que "solo nos faltó meter en nuestra propia canasta" en los últimos minutos.

"Hicimos un gran partido" a pesar de jugar con solo Nnoko en el puesto de pívot. "Esperábamos un cinco" para el partido, pero este no llegó e incluso él mismo tuvo que hacer labores en la rotación interior. "No había jugado ahí en mi vida", recuerda uno de los líderes del equipo, que sigue creyendo que la permanencia es posible. "Si perdimos de la manera en la que lo hicimos en Andorra podemos ganar los próximos tres partidos", remarca en referencia a las salidas a Valencia y Barcelona y el partido en casa contra el Unicaja.

"Es cierto que veo fantasmas. Cómo es posible que hayamos pasado de estar en lo más alto a ser últimos en solo ocho meses", se ha preguntado Rabaseda sobre una situación que le produce "uno de los sentimientos más difíciles. Anímicamente es dónde más estamos perdiendo", ha añadido antes de cerrar con un mensaje de optimismo: "Si no creyéramos sería mejor hacer las maletas ya".