La hostelería se replantea el modelo de la Feria de Tapas

B.G.R.
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La patronal está elaborando una propuesta al respecto que presentará al Ayuntamiento de Burgos en el último trimestre del año. Busca implicar al comercio y la cultura en la cita gastronómica. Las casetas se mantendrían

El público respondió a la muestra culinaria del pasado mes de junio. - Foto: Valdivielso

Los contratiempos que se sucedieron en la última Feria de Tapas de los Sampedros, que hicieron que prácticamente se confirmara su celebración una semana antes de iniciarse los festejos, ha llevado a la Federación de Empresarios de Hostelería a replantearse seriamente el modelo de este evento culinario. La idea se ha barajado en anteriores ocasiones, incluso por parte del Ayuntamiento, pero no ha sido hasta ahora cuando la patronal se ha puesto manos a la obra con la intención de presentar un innovador concepto a los responsables municipales en el último trimestre.

Su presidente, Fernando de la Varga, avanza alguna de las líneas que marcarán ese planteamiento futuro. Una de ellas tiene que ver con la implicación de otros sectores, tales como los comerciantes y distintos colectivos culturales con el fin de «animar las fiestas y atraer a gente de fuera de Burgos». De igual forma, la entidad mantiene contactos con grandes empresas para conseguir su implicación con el fin de «organizar una cita gastronómica de mayor calado».

De la Varga asegura que el colectivo no quiere que «se repita la improvisación y las dificultades» de la pasada feria, en referencia a cambios de ubicación (paseo de Atapuerca y del Espolón) o problemas con los suministros, principalmente de electricidad. En principio, se mantendrían las casetas, si bien su presencia en las calles se completaría con más citas culinarias y una programación cultural paralela.

A falta de definir este nuevo modelo, el presidente de la Federación asegura que la muestra de junio sí que resultó rentable para los hosteleros participantes a pesar de las dudas iniciales. «Es algo que los ciudadanos demandan y de alguna forma hay que mantenerlo», precisa, recordando las numerosas reuniones celebradas con el Ayuntamiento para sacarla adelante. Los primeros contactos anticipaban que ambas partes estaban de acuerdo, aunque más tarde las negociaciones se complicaron, llegando a un punto en que el sector decidió no participar al estimar que «era inviable económicamente».

En cualquier caso, la Feria de Tapas se celebró y su balance resultó satisfactorio, sin que esto suponga que se mantenga su concepto en próximas ediciones. De hecho, antes de que estallara la pandemia, que supuso la suspensión del evento durante dos años, el alcalde, Daniel de la Rosa, se mostró partidario de que fuera la patronal de hostelería la que se ocupara de su organización y apostara por «otro formato y características», ya que, según manifestó en agosto de 2019, la actual «ha ido decayendo tanto en calidad como en participación». Este año solo ha contado con dos ubicaciones, suprimiendo otras anteriores como la Plaza Mayor, plaza de España o de la Libertad.