Al Mirandés se le olvida ganar fuera de casa

ARSENIO BESGA
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El conjunto de Lolo Escobar no vence en liga a domicilio desde octubre, cuando sumó los tres puntos en Ibiza. En casi cuatro meses solo ha anotado cinco goles lejos de Anduva

Brugué, junto a Capellini, lamentándose durante el empate a cero del Mirandés en el campo del Alcorcón. - Foto: Agencia LOF

Cuando el Mirandés todavía comandaba la Segunda División B, incluso en el momento en el que jugaba en Tercera, Anduva empujaba a su equipo hacia la senda de la victoria. El impulso de un estadio tan particular jamás ha pasado inadvertido, sin embargo, este año ha salido aún más a relucir. La escuadra entrenada por Lolo Escobar solamente ha conseguido vencer dos encuentros como visitante. Y del último de estos hace ya más de tres meses.

A mediados de octubre, el conjunto rojillo se desplazó hacia una de las paradisíacas islas que existen en España. Por aquel entonces el estadio del Ibiza parecía inexpugnable, nadie había sumado tres puntos allí. Eso cambió radicalmente tras el paso de los jabatos. Un solvente cero a dos permitió a Escobar y sus pupilos volver a Miranda con la satisfacción de quien cumple con una hazaña inédita. En ese instante daba la sensación de que se avecinaba una carrera meteórica de los rojillos por los diferentes campos de la segunda división. No fue así, de hecho, ha ocurrido todo lo contrario.

Los jabatos han sumado tres puntos fuera de casa, pero a través de tres encuentros diferentes. Las visitas a Zaragoza, Fuenlabrada y Alcorcón se saldaron con empates. En el resto de enfrentamientos de liga disputados desde el 17 de octubre de 2021 el Mirandés siempre ha perdido como visitante. Ni tan siquiera la defensa de cinco hombres diseñada por el entrenador ha frenado la sangría.

A lo largo de los últimos ocho encuentros celebrados a domicilio, Lizoain ha sacado el balón de su red en 16 ocasiones. Es decir, el promedio jabato de goles encajados fuera de casa en este periodo asciende a dos tantos por cada partido. Muy lejos de sus números en casa, algo que también se percibe al observar los registros de su línea de ataque. Los rojillos únicamente han logrado perforar la meta rival en cinco ocasiones. Con ello, el Mirandés se ha quedado sin marcar en tres partidos, puesto que jamás ha celebrado más de un gol en estos enfrentamientos lejos de su feudo.

De esta manera, se ve un absoluto desequilibrio en las filas rojillas cuando saltan a un césped diferente al de Anduva. La crisis futbolística, sobre todo en la faceta defensiva, se ha agudizado durante las últimas semanas. El Cartagena le endosó tres goles; el Lugo, dos; y el Huesca, cuatro. Desde el mes de enero, Esobar ha implementado una nueva fórmula para dotar de solidez al conjunto, la línea de tres centrales, pero sigue sin dar resultado. 

La asentada defensa de cinco hizo aguas antes de ayer en el campo del Huesca. Odei, descolocado durante toda la segunda mitad, sirvió de entrada para innumerables ofensivas azulgranas. Jorge Sáenz, por su parte, mostró un carácter decidido, participativo y correcto, pero no fue suficiente para que su actuación influyera en el resultado. Arroyo, como habitualmente, limó los visibles errores de sus compañeros, aunque tampoco tuvo la autosuficiencia para solventarlos por completo. Quizá el inconveniente con el que ha de lidiar el Mirandés no sea el dibujo táctico, sino el concepto futbolístico.

Copa del Rey. El torneo del K.O. se desarrolló de forma opuesta a como lo ha hecho el campeonato regular. En Copa los rojillos vencieron sus dos partidos a domicilio, contra el San Roque por cero a tres y ante elLugo por uno a dos. Solo el Rayo derrotó al Mirandés, y eso ocurrió en Anduva.