La alegría de la vuelta se mezcla con la incertidumbre

CÉSAR CEINOS
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Lerma espera hoy una gran afluencia de visitantes, el día que tradicionalmente mejor funciona en el veterano certamen

Los arados y los remolques vuelven a llenar el recinto ferial de Lerma. - Foto: CHRISTIAN CASTRILLO

Lerma inauguró ayer la sexagésima edición de la Feria Nacional de Maquinaria Agrícola con sensaciones encontradas. La alegría por volver a exponer era palpable en cada uno de los puestos del certamen, pero la incertidumbre que genera la subida de los costes de producción en el sector agrario también tuvo su protagonismo. Fue, como era de esperar, uno de los temas de conversación de la jornada.

«Hay mucha preocupación. Los insumos tienen unos precios muy altos y no sabemos cómo vamos a vender. Por ello hay muchas inversiones paradas», comentó Javier González, de Villalómez, mientras observaba aperos en el recinto ferial. Por su parte, los alaveses Santi Alzola y José Ignacio Armentia, que retomaron su costumbre de visitar Lerma, explicaron que «existe cierto nerviosismo en el campo». «Este año tenemos dinero porque la campaña de 2021 fue buena y hubo buenos precios, pero ahora los costes se han disparado», agregaron. Entre los vendedores también se nota el incremento del valor de las materias primas, según reconoció Roberto Barbero, de Esmebur. «El hierro ha subido más de un 15% en el último año y medio y lo hemos tenido que repercutir en nuestro precios», admitió.

Pese a todos los problemas que sufre el sector, la feria sigue teniendo tirón y atrayendo a visitantes de la provincia y de territorios cercanos. «Es un buen sitio para vender y promocionarse», subrayó Enrique Domínguez, de Maquinaria Pita. Un comentario muy similar pronunció Jaime Vila, de Maquinaria Agrícola Vila. «Es muy buena», aseguró tras explicar que el certamen de 2022 «tiene que ser el principio de la normalidad». «Me gusta venir y he sentido que me ha faltado algo por no poder hacerlo», añadió. Del nivel del evento también habló Víctor Manuel Arroyo, de Maquinaria Víctor. En concreto, manifestó que es muy importante y aseguró que «no se tiene que perder».

El certamen, como reconocieron desde la propia organización y confirmaron algunos visitantes, arrancó con la ausencia de los tractores y las cosechadoras de las grandes marcas, pero se compensó con nuevos expositores muy interesantes para los labradores. Uno de los que se estrenó el sábado en Lerma fue Fernando López, de Vistadrone, quien dará a conocer hasta el lunes, fecha en la que se clausurará la feria, sus drones de agricultura y sensores de humedad. Además, tienen su espacio en el recinto otros sectores en auge, como los de las fotovoltaicas y eólicas, que convivirán durante tres días con vendedores de abonadoras, fitosanitarios y remolques, por poner algunos ejemplos.

Día grande. Los expositores esperan que este 1 de mayo vuelva a ser un día grande con mayúsculas en Lerma. «Es buena plaza. Da igual que llueva o que nieve. La gente viene. Confío en que mañana (por hoy) sea bueno», declaró Natalia Rico, de Quesos Rico, una de las empresas de Burgos Alimenta que participa en la cita lermeña. Víctor Aguirre, de Destilería Reino de Castilla, coincide con ella. «Es un sitio con gente», comentó mientras explicaba que está especialmente ilusionado en vender sus productos en la Villa Ducal, al igual que Cristina Gómez, de Confitería Arroyo.

Como en ocasiones anteriores, el reguero de curiosos se extendió por el resto del casco urbano de la localidad. La Plaza Mayor acoge la decimoctava edición de la Feria del Vehículo de Ocasión; el frontón municipal, un certamen de antigüedades y coleccionismo, y las inmediaciones del campo de fútbol Arlanza, el típico mercadillo ferial. Entre los puntos de interés también están los bares y restaurantes del municipio, que dieron de beber y de comer a los turistas y vecinos. En este caso, las previsiones de los hosteleros  para hoy son positivas. «En 39 años que llevo el 1 de mayo siempre ha sido bueno», comentó Alejandro Tomé, del asador Casa Antón. Precisamente, la intención de los sorianos Julio González y Amador Casado, que cambiaron por primera vez Lerma por Zaragoza, era comer lechazo. No fueron los únicos. El riojano José Torrecilla, que acudió a la Villa Ducal para pasar el día con su familia, también tenía previsto degustar el plato típico de la zona. «Vienen muchos a comer en el día más importante de la feria», reconocen Aurelio Puente y Diego Peña, de Asador de Lerma y Casa Brigante. Así fue otras veces y ahora esperan que esta cita agrícola no los defraude, algo en lo que coinciden con los expositores.