Hoy es el día. Han tenido que pasar 14 años para que el Burgos juegue de nuevo un play off y 20 desde su último ascenso. El Plantio acogió la fiesta del regreso al fútbol profesional en 2001, los despachos lo devolvieron a la Segunda B un año después; intentó regresar en 2007 ante el mejor filial de la historia del Sevilla y esta tarde tiene una oportunidad histórica para regresar a Segunda División.
Compromiso, ilusión, orgullo de una afición inigualable son algunas de las frases que repiten estos días los futbolistas del Burgos CF. Saben que están ante una oportunidad de oro, una ocasión histórica; pero también lo que les ha costado llegar hasta aquí, la dureza de la Segunda División B, en una temporada marcada por la pandemia y que ha dejado en la cuneta a clubes históricos.
El Burgos CF ha sobrevivido gracias, sobre todo, a un proyecto deportivo perfecto, dirigido por Michu y Calero y ejecutado por unos futbolistas comprometidos desde el primer día, capaces de aislarse de todos los problemas que han afectado al club y con un único objetivo en su cabeza, el ascenso.
Llegaron como un ciclón a este play off, después de una trayectoria brillantísima, hasta ser considerado como uno de los mejores equipos de la categoría. Pero estos partidos son otra cosa y contra el Calahorra recibió el primer aviso. Otros como el Linares (campeón del Grupo IV) se han quedado en el camino. El Burgos no. Supo sufrir en una agónica prórroga y plantarse en la final. Ahora toca rematar la faena y celebrar el mayor éxito del fútbol burgalés en los últimos 20 años.
Fieles a su juego. Queda un partido. 90 o 120 minutos, ya que no habrá penaltis en ningún caso y el empate favorecería al Burgos. Y enfrente tendrá al Athletic B, un rival que casi nadie quería en el sorteo.
Fue segundo en su grupo, pero dominando junto a la Real B toda la Liga. Cuenta con futbolistas de enorme calidad y será un duelo entre dos esquemas totalmente diferentes y en el que imponga el suyo ganará. De hecho, los dos entrenadores destacaron en la previa del partido esta clave. «Tenemos que ser fieles a nosotros mismos, ser un Burgos reconocible, como lo ha sido toda la temporada», aseguró Julián Calero.
Enfrente un ex jugador histórico, Joseba Etxeberria, y un mensaje muy claro: «Tenemos que ser más Bilbao Athletic que nunca». «Vamos a ir a por ellos», continúa el entrenador de un filial con un juego muy vertical, buscando siempre la portería contraria y con dos hombres de banda demasiado peligrosos, Williams y Jon Cabo.
Y las virtudes del Athletic B podrían obligar a Julián Calero a alterar su esquema habitual, pero utilizando opciones habituales durante toda la temporada, como adelantar a Unai Elgezabal al centro del campo, reforzar las bandas para frenar a sus rivales y ganar en consistencia como ya hizo ante el Calahorra.
(La previa, declaraciones de los protagonistas del partido y de los aficionados en la edición impresa de Diario de Burgos)