Si es de los que paga en metálico en los supermercados, con los cambios de cuatro o cinco visitas le basta y le sobra para alquilar el bar de Padilla de Abajo durante todo un año. Y obtener beneficios, porque no hay competencia ni miedo a que suba la factura de la luz.
«El Ayuntamiento corre con todos los gastos», se apresura a explicar el alcalde, Ignacio Grajal, que no oculta la importancia que tiene para ellos encontrar hostelero para el centro social, de ahí los 10 euros de alquiler anual que piden.Tiempo atrás, el teleclub estuvo gestionado por un vecino, ya jubilado. Posteriormente se hizo cargo una pareja que por motivos personales también ha abandonado.Y durante la pandemia lo han atendido voluntarios. Pero ahora quieren profesionalizar la atención y garantizar un servicio que en pueblos como este, 80 habitantes censados, ayuda a retener población.

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