Las excavaciones en Clunia se retomarán en el foro público

I.M.L. / Peñalba de Castro
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Los responsables del estudio e investigación de esta colonia romana quieren verificar parte de su gran trazado para preparar los trabajos de restauración que se pretenden abordar para la campaña siguiente

El teatro romano, en el que se ha invertido la mayoría del tiempo y la inversión en investigación de los últimos años, ya está completado y permite al equipo arqueológico centrarse en otros retos. - Foto: I.M.L.

Con el teatro de la colonia romana Clunia Sulpicia completamente estudiado y restaurado, «aunque quedan algunas cosas pendientes de las infraestructuras» aclara el codirector del yacimiento, Miguel Ángel de la Iglesia, los planes de trabajo para la campaña de este año pondrán el foco en otro de los espacios del entorno. «Ahora ya el yacimiento tiene las termas, la casa Taracena,... a la gente le gusta ver a los arqueólogos trabajando y esperamos tener este verano campaña importante en la zona del foro», adelanta De la Iglesia, siguiendo las líneas marcadas en el plan director del yacimiento.

Las labores que tendrán que abordar los arqueólogos del equipo de trabajo no partirán de cero, ya que la estructura de lo conocido de la ciudad ya están más o menos delimitadas. «No será una excavación en el sentido de excavar una cosa donde no hay nada y empezar a hacer el agujero, pero sí tenemos que hacer toda una reexcavación y completación de una zona del foro para verificar lo que hemos adivinado todos estos años y encontrar los elementos que nos permitan los trabajos de restauración que, seguramente, serán al año siguiente», explica el codirector del yacimiento ribereño. 

El foro romano es el espacio público más característico de este tipo de asentamientos. En el caso de Clunia, ocupa el centro de la ciudad y está situado en la parte más elevada del cerro, conformado como una plaza de grandes dimensiones pensada para usos religiosos, comerciales y de la administración de la ciudad. Sus restos ya están excavados en su mitad oriental, lo que ha permitido reconstruir su configuración arquitectónica, adaptada a las funciones que en él se desarrollaban.

En los planes del equipo del yacimiento está poder estudiar este espacio y preparar los proyectos para próximas campañas. «El foro entendemos que es el sitio donde tenemos que entrar ya con temas de restauración, en un futuro cercano, pero para eso tenemos que hacer un trabajo previo de investigación», insiste De la Iglesia. Unas labores que se financiarán gracias al convenio que la Diputación de Burgos mantiene con la Junta de Castilla y León, que este año supondría una cantidad de 300.000 euros, a los que se sumaría una partida idéntica del Presupuesto de la institución provincial.

«Estamos bastante ilusionados porque vuelve a haber actividad en otra zona porque hasta ahora el teatro nos ha consumido muchos recursos y mucha actividad, pero ha merecido la pena», reconoce Miguel Ángel de la Iglesia, que no oculta que los trabajos en el teatro volverán a ocupar parte del dinero destinado este año para Clunia. «Hay que hacer también reparaciones de la primera zona del teatro en la que se actuó porque han pasado 13, 14 años de ello y las cosas necesitan su mantenimiento, aunque se conservan bien», especifica.

Para estas labores de mantenimiento y conservación se ha previsto un gasto de 70.000 euros para intervenir en distintas zonas del yacimiento «atendiendo la fragilidad y el mal estado de conservación que se ha detectado en las estructuras» de elementos como el edificio Flavio, las termas de Los Arcos I, la Casa Taracena y el propio foro. A estos trabajos se sumará el mantenimiento de las estructuras de madera del teatro, sobre todo la reparación del graderío para mejorar su seguridad y su comodidad.

Otros frentes abiertos. En un yacimiento de tal extensión (se estima que abarca 130 hectáreas, de las que sólo se han excavado diez), hay muchos puntos de trabajo e investigación pendientes. Uno de ellos es Cueva Román, que se viene estudiando de manera ininterrumpida desde 2013, con la ayuda del Grupo de Tecnologías en Entornos Hostiles de la Universidad de Zaragoza. 

Dentro del programa de intervención marcado, este año sumarán al estudio hidrodinámico del acuífero y los niveles topográficos que alcanzaron las aguas subterráneas que servían para abastecer a la ciudad la localización de nuevas cavidades que puedan estar influyendo en el drenaje de estos depósitos de agua. Además, se supervisará La Torca, se explorarán las galerías que puedan aparecer y se catalogarán los hundimientos y oquedades «para comprender con mayor claridad el uso que se hizo de este espacio en época romana».

Estos trabajos de colaboración tienen un presupuesto que ronda los 15.000 euros y, gracias al escaneado con un barco robotizado, se podrá hacer un modelado 3D que servirá tanto para su estudio como para que el visitante puedan hacerse una idea de este sistema hídrico, en el que, además, se han encontrado inscripciones y un santuario priápico que aún se conservan gracias a las condiciones de humedad del entorno.

Otro punto de interés este año son las obras de construcción del centro de recepción de visitantes, que se adjudicaron en agosto de 2019 y tenían un plazo de ejecución de 12 meses, pero quedaron paralizadas cuando tenían que estar finalizándose y la adjudicataria sólo había ejecutado el 25% de las mismas, por lo que se resolvió el contrato y tendrá que volver a licitarse. «Se está empezando a preparar para que se reinicie la obra lo antes posible, tras una pequeña puesta a punto, porque el tiempo que ha estado parada la obra ha habido desperfectos, hay que volverlo a dejar en condiciones para que lo pueda coger una empresa después de la adjudicación cuando salga en concurso, que creo que será inminente», presupone De la Iglesia.