«Ya no queda ningún ERTE en Aciturri. Es la mejor noticia»

A.B.-P.C.P.
-

ENTREVISTA I Ginés Clemente, consejero delegado de Aciturri

Ginés Clemente, consejero delegado de Aciturri. - Foto: Luis López Araico

No le duelen prendas en reconocer que la covid ha supuesto una bofetada con la mano abierta para el grupo que pilota, pero ese tiempo también les ha permitido aprovechar todo el conocimiento para mejorar los procedimientos y ser más competitivos y más sostenibles medioambientalmente. No en vano, Aciturri ha anunciado esta semana que es la primera compañía industrial del sector aeronáutico en España en completar el registro de su huella de carbono en el Ministerio para la Transición Ecológica. Y no es la única buena noticia que tiene el grupo mirandés, que en 2019 facturó 632 millones de euros y que trabaja para las grandes multinacionales de la aviación, además de participar en ilusionantes e innovadores proyectos como el del aerotaxi eléctrico de Lilium Jet. Al frente sigue Ginés Clemente, un mirandés de bilbainadas al que en casa le gusta denominarse 'el medallero nacional' -«yo me pongo las medallas pero el trabajo lo hace mi equipo, un equipo de primer nivel, con una experiencia mínima de 20 años»- y que  no quiere ni oír hablar de retirada porque «envejecer es dejar de hacer lo que uno estaba haciendo y yo no quiero envejecer».

Vamos a empezar por el titular de su última entrevista en DB. Noviembre de 2020: «En un momento de crisis es mejor tomar decisiones, aunque duela, que esperar a que el tiempo las tome por ti». ¿Le ha dado el tiempo la razón?

Sin duda. Nosotros hemos hecho la tarea. No quiere decir que siempre acertemos, hacer las cosas bien no garantiza el éxito, pero hacer las cosas mal garantiza el fracaso. Lo primero que hicimos fue calibrar bien el efecto de la crisis, y una vez calibrado tomar las decisiones que había que tomar, que fueron muy dolorosas, pero que nos han permitido estar hoy aquí, conservando un porcentaje alto de los puestos de trabajo y sobre todo conservando la ilusión para volver a crecer y recuperar lo que el covid nos ha hecho perder a nivel económico y de volumen, aunque a mucha gente le ha hecho perder más cosas, la salud, que eso es algo que no se recupera, y es prioritario. Pero nosotros nos hemos adelantado, la tarea la tenemos hecha y tenemos la ilusión reactivada y muchas ganas de recuperar el volumen, que se recupera recuperando los puestos de trabajo. 

Cuando habla de perspectivas, siempre dice que trabajan con tres escenarios, el malo, el medio y el bueno. ¿Con cuál están ahora?

Así hicimos el análisis. La cabeza en las estrellas hay que tenerla siempre pero en momentos de incertidumbre es bueno tener los pies en el suelo. Trabajamos siempre con un escenario medio y a nivel de ventas está siendo un poquito peor, se está recuperando un poco más despacio de lo que nosotros preveíamos. Nosotros preveíamos tener recuperadas las cifras de 2019 para 2025 y creo que las podremos recuperar en 2026. Ese escenario es perfectamente asumible, incierto también. Si el covid se decide a abandonarnos pronto, nuestra reactivación será antes. 

Dos años de pandemia. ¿Cómo sale Aciturri de esta sexta ola? ¿Qué impacto ha tenido esta crisis mundial?

El problema que tenemos es que los viajes de larga distancia están limitados. Hay programas que sí están más afectados, como el 350, que es un programa muy importante para nosotros y se tardará en reactivar y llegar a las cifras que teníamos en 2019 hasta el 25 o 26. Y el otro programa estrella que tenemos es el 320, el de pasillo único que se utiliza para vuelos domésticos, los que se hacen de Europa a Europa, Asia a Asia… se está recuperando un poco mejor. Pensábamos que íbamos a vender un poquito más, pero tenemos que gestionar las cosas. Nos pagan para gestionar las dificultades, para gestionar el éxito todo el mundo vale.

En cualquier caso, estamos muy ilusionados, con ganas de crecer, de diversificar, de aportar nuestro conocimiento y nuestra participación, todo lo que ayude al conseguir el nuevo paradigma de contaminar menos, las nuevas tecnologías, nuevos aviones, estamos muy bien situados en el proyecto estrella europeo del aerotaxi eléctrico de Lilium, estamos diversificando en otros sitios, también tenemos participación importante en la empresa española PLD, que es la que está haciendo el cohete que tiene que lanzar los minisatélites, un mercado que creemos que va a tener bastante trabajo en los próximos años; y estamos mejorando los procesos para intentar ser más competitivos. 

Entre esas decisiones difíciles de las que hablaba, hubo despidos. ¿En qué punto está ahora la compañía? ¿Ha llegado la hora de contratar o al menos de estabilizar a la plantilla?

Desde luego, la decisión más difícil y más dramática para nosotros fue la que conlleva la pérdida de puestos de trabajo. Pero en este momento ya no queda ningún ERTE en activo en Aciturri, el último se acabó el domingo. La situación nos ha permitido cancelarlos anticipadamente, porque estaban previstos hasta el 30 de junio de 2022. Y ahora tenemos que ir recuperando los puestos de trabajo. La cancelación anticipada de estos ERTE supone un punto de inflexión para llegar a esa estabilidad que nos está permitiendo ya empezar a contratar, es una señal más de que hay un cambio de tendencia y un proceso de recuperación que ya está en marcha. Es la mejor noticia que podemos tener ahora, cerrar un capítulo y empezar otro de generación de empleo al ritmo que nos permita el mercado.

Hay otro motivo de satisfacción dentro de la desgracia de lo que significa para nosotros que se hayan perdido puestos de trabajo y es que muchos de los que han salido de Aciturri, la mayoría, están colocados, han encontrado otro trabajo y lo han encontrado rápido. Evidentemente, el crecimiento tiene que producirse y tenemos que empezar a contratar gente. ¿A qué ritmo? Al que los pedidos nos permitan. A ver si podemos recuperar a todos los que podamos de los que trabajaban con nosotros.

En estos dos años de pandemia han tenido que lidiar con la compra de Alestis. ¿Cómo va el proceso de integración en el Grupo Aciturri?

Bien. Nos hemos encontrado con las dificultades que ya sabíamos que tenía, no fuimos engañados a esa boda, ni mucho menos, sabíamos lo que había y lo queríamos. Pero nos hemos encontrado con un equipo directivo excelente y un socio como la SEPI también bueno. Hemos quitado una parte importante de la deuda, la hemos fortalecido financieramente para que tenga viabilidad. Hemos refinanciado una pequeña parte de la deuda y ahora estamos muy metidos en una mejora de los procesos, hacer las cosas cada día mejor, porque eso es algo que nos garantiza la competitividad a todos. Pero si la pregunta es cómo estáis digiriendo esa comida, la digestión a nivel financiero es muy buena, ahí hay equipo, hay proyecto, y tenemos que mejorar procesos, como en Aciturri y como en todos los sitios. Tanto Alestis como Aciturri tienen caja y suficiente pulmón financiero para afrontar la travesía en el desierto y visualizar y estar atentos por si surgen oportunidades de concentración o compra. Estamos preparados para eso, para recuperarnos del bofetón, para si vienen nuevos proyectos, nuevos programas, poderlos recibir y para si surge alguna operación corporativa poderla realizar.

Hablaba de boda, pero han tenido también algún noviazgo frustrado, como el de ITP Aero.

Sí, y es una pena porque nosotros queremos lo mejor para ITP, es una gran empresa. Nuestro proyecto era un proyecto industrial fantástico, creemos que el mejor, y eso lo creía también el que vendía la empresa. Pero otras razones inexplicables hicieron que la otra opción fuera la elegida en contra de lo que el que vendía la empresa opinaba. Estamos tristes, porque es una gran empresa y nos hubiera encantado, y expectantes a ver lo que pasa, porque no terminan de cerrar la operación, cuando con nosotros la tenían absolutamente cerrada. En cualquier de los casos, queremos lo mejor para ITP y estamos abiertos a seguir colaborando, si podemos aportar algo.

¿Han puesto sus ojos en alguna otra compañía?

Sí, en varias (ríe), que no puedo y no debo decir… Estamos en proceso, tenemos el radar puesto y nuestro equipo está trabajando en más de una operación, esperemos que alguna cuadre. 

De lo que sí se puede hablar es de la fábrica de motores de Ircio, que estaba en plena fase de crecimiento ¿Ha aguantado mejor la crisis?

Ahí hay buenas noticias. Los motores que llevan las piezas que hacemos en Ircio, son motores que están teniendo bastante salida. Estamos intentando coger otra vez la velocidad de crucero que traíamos y hay buena perspectiva de crecimiento. Precisamente esta semana se está montando una máquina nueva.

Airbus, Boeing, Rolls Royce… ¿Queda algún avión en el mundo sin piezas de Aciturri?

Creo que no, bueno, los rusos. En los más importantes tenemos alguna pieza. Pero tampoco es difícil, una empresa como nosotros que facturamos 630 millones en 2019, es lógico que estemos en un sector tan grande pero a la vez tan pequeño, porque no hay tantos fabricantes ni tantos modelos de aviones, no es como los coches, que tienes cientos de modelos. Es muy difícil que te montes en un avión y no vayas en una pieza que han hecho en tu pueblo.

Alguna vez ha expresado su inquietud, por llamarlo de alguna manera, por concentrar gran parte de su trabajo en un solo cliente, Airbus.

Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio. Trabajar para Airbus es una bendición, porque es una gran empresa, que te respeta, que cumple sus compromisos, que paga, que cuando tienes un problema te ayuda a resolverlo… Pero que la cartera de Aciturri tenga un porcentaje de un 60% para Airbus es algo que no es bueno para Aciturri, ni para Airbus. Nuestro objetivo es diversificar, pero no dejando trabajo de Airbus, sino crecer más con otros clientes, con Boeing, en motor… ¿Me preocupa? No, cuantos quisieran llorar con mis ojos. Pero sí, queremos diversificar. 

La exportación resulta fundamental en su sector, ¿cómo están viviendo las subidas de precios del combustible, entre otras cosas?

Bufff. Cuando suben los costes de cualquier actividad, esa actividad se resiente. Si sube la ropa, te compras menos ropa, si sube el marisco comes menos marisco, si suben los viajes, viajas menos. El combustible afecta a los viajes y si se viaja menos, se venden menos aviones. Sí nos preocupa un poco la deriva de la inflación, lo desbocada que está. A ver si se sujeta la subida de la energía en general, porque somos unos grandes consumidores de energía y eso nos afecta bastante, nos ha subido bastante, entre un 20 y un 30%. 

¿El sector público está ayudando lo suficiente al tejido industrial?

Según cómo lo mires. Yo tengo una idea de cómo pueden ayudar los gobiernos al desarrollo de la economía, no hablo solo de subvenciones. La mejor ayuda que puede hacer el sector público es tener la voluntad y perseguir la competitividad en sí misma, gastar lo que hay que gastar pero no más, controlar la subida de los impuestos. Tiene que existir un sector público fuerte, actividades que tenemos que financiar con nuestros impuestos, porque hay que garantizar la salud y la formación a todo el mundo, pero hay de otras cosas que se puede recortar, porque si todos nos estamos apretando el cinturón, el mejor discurso es el ejemplo. Las palabras conmueven pero el ejemplo arrastra. Y no hablo a nivel de gobierno, sino en general. Todos nos estamos ajustando el cinturón y por eso vamos a salir de esto. 

Habla de ejemplos, uno de ellos en Miranda, por no decir la insignia, es su grupo. ¿Cómo ve la evolución del tejido productivo en la ciudad?

Lo veo bien, por lo menos se está haciendo algo, aunque se podría hacer más rápido si hubiera más recursos. Pero están llegando empresas. Y a las empresas hay que quererlas, no solo nos ponemos porque haya sitio o subvenciones, que no las hay, sino porque es un entorno amigable, una ciudad limpia, con servicios, zonas peatonales, entornos que se pueden disfrutar... Y en eso somos unos privilegiados. Hay que dedicar recursos y hacer una apuesta a largo plazo.Creo que era Churchill el que decía que el político piensa en las próximas elecciones y el estadista en las próximas generaciones. Hay que pensar en las próximas generaciones, no tener prisa y tener la gasolina suficiente para reconstruir ese tejido que se destruyó en su momento, con la pérdida de nuestros buques insignia, como Cefasa, Montefibre… Y todavía no hemos recibido las consecuencias del fantástico entre comillas acierto de cerrar una infraestructura en vez de cambiarla de tecnología, ahora tendríamos una generación de energía verde, según la Unión Europea. No tenemos energía, dependemos del exterior y en vez de apostar por modernizarla la cerramos (Garoña). Pero en resumen, que me estoy liando, las empresas nacen, se desarrollan y mueren. Tenemos ejemplos en la ciudad. Aciturri evidentemente ha tenido la suerte de poder crecer, por decisión de nuestra familia todo el crecimiento que hemos podido hacer en Miranda lo hemos hecho, muchas veces renunciando a opciones más interesantes en lo material, pero no en lo emocional, y teniendo las infraestructuras que tenemos y si se sigue haciendo la labor de venta de nuestra ciudad y nos comprometemos todos, que tampoco somos tantos. Y ese es un hándicap, no se encuentra gente en Miranda para trabajar porque somos pocos. 

Logística, baterías… ¿El olfato de Ginés Clemente como empresario qué le dice, por qué apostaría?

Parece que la logística en Miranda tiene poder de atracción. Al menos 4 centros logísticos muy importantes están instalados. Creo que Miranda sí tiene ese atractivo, ese tirón, el mercado la considera un enclave logístico, que nos da nuestra situación geográfica. Hay que aprovecharlo y además la logística está subiendo bastante y es una actividad con futuro. Ese es un buen puntal. Tenemos que seguir luchando por llegar al 30% de producto interior bruto de la industria, porque eso garantiza puestos de trabajo de calidad y lo tenemos bastante a huevo, porque depende solo de nuestro esfuerzo y nuestro trabajo, de lo que seamos capaces de transmitir de puertas a fuera. Pero cuesta, de vez en cuando nos sale esa inclinación al victimismo, decir que estamos muy mal. Y yo suelo responder: a ti no se te nota nada, tienes salud, tienes trabajo, te estás tomando algo con tus amigos, vives en un pueblo que puede ser el centro de un área económica de unos 2,5 millones de habitantes, tienes a una hora museos, un aeropuerto internacional, las mejores universidades si quitamos Madrid y Barcelona, los mejores centros de formación profesional, un paro que tal, un PIB per cápita de los más altos de España y sigues diciendo que estás mal. Pues tú me dirás por qué. Tampoco hay que morir de un ataque de importancia, pero esa inclinación al victimismo tenemos que eliminarla, entre otras cosas porque el victimismo está íntimamente relacionado con la holgazanería. Dígame, ¿qué hace usted por el pueblo?

¿Y cómo mira Aciturri al futuro? ¿Con optimismo? ¿Puede crecer en Miranda?

Tenemos en Miranda más de 40.000 metros libres para ampliar. El covid nos ha dado una torta con la mano abierta pero hay que mirar hacia adelante, volver a crecer y con mucha ilusión.

Para los empresarios nunca es buen momento para subir el sueldo, pero de verdad es mal momento para subir el salario mínimo

No, no es buen momento. La CEOE lo ha dejado bien claro y creo que está siendo una entidad absolutamente comprometida con el desarrollo económico y la recuperación del país, creo todo el mundo sabe el coste que Antonio (Garamendi) y su equipo tienen que asumir por algunas decisiones acertadas. Confío plenamente en su decisión, porque sé de su espíritu colaborador, y si no hay querido firmar, no es el momento.

Sin embargo, sí firmó la reforma laboral, a la que imagino que se refería cuando hablaba del alto coste para Garamendi.

Es un acto de compromiso y de servicio al país. En una organización es muy importante el valor reputacional. Había que hacerlo, lo han hecho y yo les aplaudo porque el fondo prima sobre la forma y el fondo es la recuperación del país. Personalmente, estoy totalmente de acuerdo y he tenido la oportunidad de hablar con ellos cuando estaban tomando la decisión y les animé.