Sin directrices sobre cómo aplicar la Ordenanza de Movilidad

FERNÁN LABAJO
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La Policía Local aún no sabe cuándo ni de qué manera debe sancionar. Las 'multas cero' nunca se han llegado a tramitar

Hasta el momento, los efectivos del cuerpo municipal se han regido por la ley de tráfico como ya se venía haciendo.

Cientos de cuestiones se han amontonado en el Ayuntamiento de Burgos desde la entrada en vigor de la nueva Ordenanza de Movilidad. Nunca llueve a gusto de todos, pero en el caso de esta norma lo cierto es que la polémica sigue vigente, tanto en la calle como en las redes sociales. Algunos muestran sus quejas porque no están conformes con algunos de los planteamientos del texto. Otros preguntan una y otra vez a los responsables municipales sobre asuntos que no terminan de quedar claros o que consideran contradictorios. Nadie está libre de duda en este momento, ni siquiera los efectivos de la Policía Local, que aunque se saben de la A a la Z el documento, aún no han recibido las instrucciones y directrices pertinentes para poder actuar en caso de incumplimiento. Dicho de otro modo, dos meses después de su aprobación y casi uno desde su puesta en marcha, aún no saben cómo ni cuándo deben multar.

Fuentes sindicales del cuerpo municipal explican que la Ordenanza de Movilidad puntualiza muchas cuestiones de la Ley de Seguridad Vial y del Reglamento de Circulación que hasta ahora «no eran de aplicación directa en la ciudad de Burgos», como es el caso del estacionamiento de camiones en el casco urbano o la forma de circulación tanto de bicicletas como de patinetes, entre otros asuntos. «La Policía Local es un cuerpo jerarquizado, un agente no se puede poner a denunciar una cosa alegremente y otro dar cuartelillo por el mismo motivo. Es necesario un periodo de adaptación y cuando las instrucciones vayan siendo claras y concisas se ejecutará la norma».

Esa falta de directrices ha creado en el seno de los policías locales, reconocen, un cierto «desconcierto». Un ejemplo claro es lo que sucede con el estacionamiento de motos en las aceras. Desde hace unos días, el Ayuntamiento ha colocado en los soportales de la calle General Santocildes unas vallas informativas para evitar el aparcamiento de estos vehículos de dos ruedas porque así viene recogido en la Ordenanza. Era un lugar donde siempre había existido una cierta permisividad ante este tipo de conductas. Ahora, se supone, se deberá sancionar. Sin embargo, los agentes que ven que se sigue incumpliendo no terminan de saber qué hacer, si multar o seguir haciendo la vista gorda porque los mandos no les han comunicado cómo actuar en estas situaciones.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)