Más de 18.400 trabajadores burgaleses tomarán las uvas este año con su nuevo convenio sectorial firmado (o acordado) y lo harán con subidas salariales pactadas para los próximos cuatro años, aunque muy por debajo de la inflación actual (habrá que ver cómo evoluciona hasta 2025). El año «más complejo y duro» de la negociación colectiva de las últimas décadas abre paso a otro ejercicio, el de 2023, que estará marcado por las 1.140 industrias y más de 13.100 trabajadores que aglutina el convenio provincial del metal, estratégico en Burgos y uno de los pocos que conserva la cláusula de revisión salarial al IPC real, lo que ha puesto en jaque a muchas de las empresas firmantes en los últimos dos años.

Antes de la Nochevieja, mañana martes 27, esta prevista la tercera reunión del Servicio de Relaciones Laborales (Serla) para intentar cerrar el convenio del sector de la limpieza, con sus casi 4.000 trabajadoras y 204 empresas. Tras 10 reuniones entre representantes de la patronal y los sindicados desde que se abrió la negociación a principios de marzo, más otros dos Serlas, se confía en que esta semana haya un principio de acuerdo para cuatro años, de 2022 a 2025.

Limpiezas es un acuerdo muy sensible, pues afecta a empresas con una fuerte carga de plantilla, muy afectas por la evolución del IPC, y, sobre todo, a trabajadoras con un nivel salarial bajo y muy dañado por la drástica pérdida de poder adquisitivo del último año. Si se alcanza un acuerdo mañana, patronal y sindicatos lograrán firmar los seis grandes convenios provinciales previstos para el año en el que la inflación tuvo el comportamiento más complejo, llegando a rozar el 10% de subida (previsiblemente terminará en torno a 7%).

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