Sembrar vida en el pueblo

S.F.L.
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Beatriz de Blas es una de la 76 jóvenes que ha recibido una ayuda de la Junta tras incorporarse en la actividad agraria en La Majada, en Barcina de los Montes. Dejó la capital para trabajar junto a su marido, Juan, y esperan su primer bebé

Juan Arnaiz y Beatriz de Blas apostaron por trabajar en el sector primario y formar una familia en el mundo rural. - Foto: S.F.L.

El amor lo puede todo. Eso pensó una jovencísima Beatriz de Blas cuando conoció al que ahora es su marido, Juan Arnaiz, una noche en Burgos. El flechazo fue mutuo. Poco más de 70 kilómetros les separaba, pero para una pareja de enamorados esa distancia se convirtió en un obstáculo que más pronto que tarde consiguieron desechar. La burgalesa dejó la capital para trasladarse y asentarse con la familia de su novio en Barcina de los Montes. Durante la primera etapa en el pueblo continuó dedicándose profesionalmente al sector sanitario como auxiliar de enfermería. Con el tiempo, apostó por formar parte del negocio familiar y adquirir todos los conocimientos necesarios que requiere la gestión de una granja ecológica como La Majada. 

Al igual que sus suegros y marido, Beatriz conoce al dedillo todas las funciones a desempeñar del día a día, como el trabajo en el campo, el cuidado de las más 600 ovejas de raza churra que crían, la fabricación de quesos y su venta en los mercados. También la de ordeñar y desarrollar labores de pastoreo en los campos ubicados en un entorno privilegiado a los pies de los Montes Obarenes. La magia que supone despertarse cada día rodeada de naturaleza, mantener un contacto directo con la tierra y los animales y la posibilidad de llevar la vida que siempre deseó, regaron todavía más las raíces que Beatriz echó en el pueblo en el que se crió Juan y en el que a partir de cinco meses lo hará también su bebé. 

Para incorporarse en la explotación tuvo que recibir formación y pasar una prueba en Valladolid. Una vez superado ese trámite inició su andadura en un mundo totalmente desconocido para ella. La Junta ha premiado el importante paso que dio y ha beneficiado a la autónoma con una ayuda económica de  70.000 euros, convirtiéndose así en una de las 76 personas procedentes de Burgos -que representan el 12,5% de las de la Comunidad Autónoma- que ha logrado recibir una subvención tras instalarse en la actividad agraria, con una ayuda de más de 4,2 millones y una inversión superior a cinco millones de euros. La cuantía media por explotación ha sido de 55.000 euros.

Este tipo de subvenciones, imprescindibles para asegurar la continuidad del sector agrario en Castilla y León, seguirán desarrollándose dentro de las intervenciones diseñadas en el Plan Estratégico de la Política Agrícola Común (Pepac 2023-2027) mediante convocatorias anuales de líneas de ayuda específicas para ese fin. 

Durante la visita del consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas, a las instalaciones de la explotación agraria La Majada, este compartió con los propietarios datos e ideas sobre el negocio y aclaró que en el último año se ha «concedido ayuda a 609 jóvenes en su primera instalación en la actividad agraria, por un importe de casi 33,5 millones de euros. El número de concesiones permite alcanzar un porcentaje del 24 % sobre el compromiso para la presente legislatura, que se cifró en 2.500 jóvenes incorporados». 

La Consejería trabaja con los borradores para las bases de las ayudas y la convocatoria -a las que podrán acudir además aquellos empresarios que pretendan llevar a cabo inversiones para modernizar o mejorar sus instalaciones- que tendrán un mayor enfoque hacia el empleo de nuevas tecnologías y digitalización. En el caso de las de Barcina, «no tenemos a la vista realizar ningún proyecto de este estilo», manifestó Arnaiz.