"Tuve que pedir ayuda al marido de la difunta en el entierro"

L.N.
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Así lo denuncia el único de los tres empleados municipales del cementerio de Aranda que está disponible y que, con sus dos compañeros de baja, trabajará 24 días seguidos este mes

El cementerio municipal de Aranda de Duero cuenta en este momento con un solo operario en activo. - Foto: Patricia

Situación límite en el cementerio municipal de Aranda de Duero. Hace meses que arrastra problemas de personal, que se han agravado en las últimas semanas. De los tres operarios, en este momento sólo uno está en activo, lo que amenaza gravemente el servicio. De hecho, los entierros se llevan a cabo gracias a la ayuda que prestan los empleados de la funeraria pese a no ser de su competencia e, incluso, los propios familiares del fallecido. "Hace unos días, me ayudó el marido de la difunta en un panteón. Se me cae la cara de vergüenza, son situaciones muy delicadas", denuncia el único trabajador en activo estos días.

El fin de semana pasado, la estampa, tristemente, se repitió. La falta de personal obligó al único operario municipal a solicitar la ayuda de algún familiar para bajar la caja mortuoria, no sin antes avisar a la Policía Local para dejar constancia en acta de que con un único empleado resulta imposible sacar adelante el servicio ya que se requieren 4 personas. Y así un día, y otro, y otro... En ocasiones, dice, les tienen que auxiliar acercándoles las baldosas y hasta a preparar el hormigón. "Llevamos así desde el 3 de enero", advierte este empleado. Desde ese día uno de ellos se encuentra de permiso por paternidad. A ello se suma la reciente baja médica de otro. En estas circunstancias, el único operario en activo tendrá que trabajar durante 24 días seguidos este mes. Lo hace por decreto. Como así le notificó a finales de marzo la Policía Local por orden de la Alcaldía. En el texto, se establece que "librará cuando no haya que realizar dicho servicio".

En lo que va de mes, sólo ha podido descansar dos días: el 1 y el 7 de abril. El resto, o bien ha habido entierros o ha estado de guardia. "No tienes vida", lamenta, mientras añade que siguen sin calendario laboral pese a haberlo solicitado hasta en tres ocasiones. Con las vacaciones denegadas y sin que la alcaldesa de Aranda, Raquel González, les reciba aunque lo han pedido también tres veces, esta misma semana se reunirán con su abogado para estudiar qué medidas tomar ante una situación que define como "caótica".

Critica que ninguno de los responsables municipales se ha sentado a hablar con ellos y que se limitan a "decretazos y amenazas". La mayoría de ocasiones ni siquiera les contestan al teléfono, se limitan a decirles que lo solucionen "como puedan" sin ofrecerles ninguna solución. Tal es el desinterés por el cementerio que los propios trabajadores tienen que reclamar que les proporcionen cemento o espuma porque apenas cuentan con existencias. "Al desgaste físico, se suma el psicológico", lamenta, para rematar: "Hace falta personal ya, no somos esclavos".

Una de las familias que este pasado fin de semana tuvo que ayudar en las labores de inhumación alguno de sus miembros, va a presentar una reclamación ante el Ayuntamiento. "Es un momento muy duro y sientes impotencia, vergüenza y mucha tristeza. En ese momento lo ves surrealista, no das crédito a que tengas que pedir ayuda para enterrar a tu madre. Es un momento que no se lo deseo a nadie", lamenta uno de los afectados.