El 65% de mujeres notaron cambios en la regla tras las vacunas

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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Isabel Mínguez firma una investigación que acaba de publicar la revista 'Biology' y que apunta a que las alteraciones de la menstruación se produjeron hasta más de 5 meses después de recibir la inmunización de Moderna y Pfizer

El 65% de mujeres notaron cambios en la regla tras las vacunas - Foto: Juan Lázaro

Uno de los efectos secundarios más llamativos que dejaron las vacunas contra la covid  -aparte de los comunes con otras inmunizaciones como dolor localizado o décimas de fiebre- fueron las alteraciones en la menstruación que mujeres de todas las edades comenzaron a notar. Enseguida se escucharon en los medios de comunicación y a través de las redes sociales preguntas y quejas sobre estos cambios, que nadie sabía explicar en un principio. Dos años después son ya bastantes los trabajos de investigación que en diferentes países han encontrado una vinculación entre la acción preventiva frente al coronavirus y los cambios en la duración, el dolor y la cantidad del sangrado durante la regla. En uno de ellos,  Asociación entre las vacunas covid-19 basadas en ARNm y la permanencia de las alteraciones del ciclo menstrual en mujeres españolas: un estudio transversal, cuya primera firmante es la fisioterapeuta burgalesa Isabel Mínguez, cifra en un 65% las mujeres que detectaron algún cambio en su periodo.  

Esta publicación, que acaba de ver la luz en la revista Biology, tiene su origen en un trabajo de fin de grado de dos audaces jóvenes profesionales especialmente interesados en la fisioterapia del suelo pélvico: «Desde que empezamos a estudiar teníamos muy claro que queríamos investigar y que el suelo pélvico era un campo atractivo. Además, nos planteamos hacer el TFG de un asunto sobre el que hasta hace poco no había gran cosa publicada porque es necesario poner el foco en materias poco estudiadas. La evidencia clínica de la fisioterapia es muy alta pero la científica está en auge», explican Mínguez y Pablo García, también firmante del trabajo. 

Mínguez, de apenas 22 años, terminó el grado el año pasado en la Universidad Europea de Madrid y ahora está cursando un máster sobre dolor pélvico y un experto en dolor orofacial y trastornos cervicocraneomandibulares, además de participar en otras investigaciones. García, por su parte, tiene 23 recién cumplidos y se está especializando en dolor. Ambos, además, ya trabajan y tienen en mente doctorarse.

 ¿Y cómo un TFG acaba siendo un artículo de investigación que interesa a una revista científica, que se ha publicado en un Q1 -el nivel más alto- y con un factor de impacto de 5,1? «Cuando nos tocó empezar a pensar en el TFG estaba en auge la vacunación, lo hablamos con nuestra tutora, Mónica de la Cueva, porque empezábamos a conocer a muchas mujeres que llegaban a la clínica de suelo pélvico quejándose de estos desarreglos, y tiramos para adelante. Luego, una cosa llevó a la otra y nos planteamos enviarlo a Biology, que lo aceptó por un precio razonable y en un tiempo en torno a dos meses y con dos revisores».

(La información completa en la edición impresa de hoy de Diario de Burgos)