Detectan dos posibles casos de sumisión química en una semana

Angélica González
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La Guardia Civil tramita una denuncia en Merindades de una joven que se desmayó tras ingerir su bebida en un festival de Santander. El pasado fin de semana otra chica terminó en Urgencias tras sentirse mal en la verbena de Arenillas de Muñó

Imagen de una verbena en los pasados sampedros. - Foto: Christian Castrillo

El pasado mes de junio, el director del Instituto de Medicina Legal, Amador Martínez Tejedor, explicaba en este periódico el incremento que estaban experimentando los casos de sumisión química, denominación que se da al uso de psicofármacos o alcohol para doblegar la voluntad de una persona con un objetivo delictivo como el robo, la extorsión o la agresión sexual. Hacía referencia a que la gran mayoría de los casos que ven son de mujeres jóvenes -algunas menores de edad- que denuncian haber sufrido una indisposición en un contexto festivo o haberse despertado en un lugar al que no recordaban haber ido.  Esta situación cobra ahora más relevancia, si cabe, ya que desde hace varias semanas no paran de conocerse relatos de mujeres que dicen haber recibido un pinchazo en verbenas o celebraciones populares, algo que en Burgos no parece haber ocurrido ya que ni Policía Nacional ni Guardia Civil han recibido ningún caso.

Lo que sí se ha producido en apenas una sola semana ha sido el relato de dos posibles sumisiones químicas en jóvenes burgalesas. De la primera ya se ha dado cuenta a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Según explicaron fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil, se ha recibido la denuncia de una chica de la zona de Merindades, mayor de edad, que relató haberse desmayado tras ingerir su bebida en un festival de música celebrado en Santander. El conocimiento de estos hechos se ha trasladado a Policía Nacional de esa ciudad cántabra por ser donde ocurrió el presunto delito.

Desde la Benemérita se ha animado a todas las mujeres que crean haber sido víctimas de un delito a que lo denuncien ya que es la única forma de castigar estas acciones, y advirtieron de que en el caso de los pinchazos, solo el hecho de recibir esa agresión ya podría constituir un delito de lesiones. «Es imprescindible que se denuncie y que el relato no se quede solo en las redes sociales», añadió un portavoz.

Y precisamente a través de las redes ha sido como se ha conocido el segundo de estos casos. Una joven colgó el pasado domingo el siguiente tuit: «Esta noche fuimos de fiesta al pueblo de al lado, Arenillas de Muñó, donde hemos  ido toda la vida y acabamos llevando a mi hermana medio inconsciente a casa, porque la habían drogado. No podía menear ni las piernas ni los brazos y casi ni hablaba».

Laura, de 22 años, explicó a este periódico que ya se encuentra «más tranquila» y físicamente «muy bien» y que está decidida a presentar una denuncia, pero que tras lo sucedido en la noche del sábado llegó a no poder ni moverse.

(La información completa en la edición impresa de hoy de Diario de Burgos)