Las peñas ponen el ambiente

L.N.
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La primera bajada, uno de los actos más representativos de las fiestas patronales, congregó a multitud de arandinos. Disfrutaron de lo lindo gracias a las charangas y sus ganas contagiosas de divertirse

Multitud de arandinos se congregan en la primera bajada de las peñas durante las fiestas patronales. - Foto: Christian Castrillo

Ganas. Es la palabra que más se repetía ayer entre la multitud que participó en la primera bajada de las peñas con motivo de las fiestas patronales arandinas. Ganas de salir, de bailar, de cantar y de disfrutar. Lo dijeron y, sobre todo, lo cumplieron durante las cerca de tres horas que las charangas y todo su acompañamiento tardaron en recorrer el trayecto que va desde la plaza de toros de la capital ribereña hasta cada una de las bodegas subterráneas. Tiempo que dio para muchos bailoteos, desde el clásico Paquito El Chocolatero hasta los populares Si te ha pillado la vaca y Cacao maravillao e, incluso, algunos más modernos como Quédate que la noche sin ti duele. También para retomar los tragos de vino de la bota. O para que, por fin, los más pequeños, ataviados con sus chalecos, pudieran vivir esta experiencia por primera vez. Porque si algo quedó claro es que el ambiente festivo con mayúsculas corre a cargo de las peñas, que ayer, tras dos años en blanco por la pandemia, lo dieron todo. Se desquitaron. Y de qué manera. Sin que en ningún momento dejaran de sonar sus acordes. Con una alegría y una animación contagiosas.

Ahí estaban, por ejemplo, los miembros de la peña La Ribera, que no dudaron en sacar la soga e invitar a quienes asistieron al acto, una de las tradiciones más representativas de Aranda, a saltar en pleno jolgorio. Participaron niños y mayores en un claro indicador que demuestra que estas fiestas en honor a la Virgen de las Viñas han regresado con fuerza. También captó focos Marcelo, el nuevo burro de Tierra Aranda, que tiró con valentía de la barrica sobre la que se apoya el muñeco meón que acostumbra a mojar a todo aquel que se coloca a su alrededor. Ayer, por cierto, numerosos arandinos y visitantes acudieron a presenciar esta ansiada bajada y en tramos como la calle San Francisco y Arco Isilla apenas cabía un alma.

"Teníamos ganas y la gente también, esto hay que hacerlo sí o sí", aseguró el presidente de Tierra Aranda, José Antonio Gallardo. Ganas de verse entre ellos y con todos los arandinos. Algo en lo que coincidió el presidente de El Jarro, Alberto Martín, quien con su helicón de 15 kilos al hombro, se mostraba contento de retomar un desfile que abrió El Alboroto y cerró El Cubillo.

Y todo a pesar de que previamente no hubo corrida de toros, ya que Aranda se ha quedado sin feria taurina después de que el empresario de la plaza no presentase la documentación adicional que le había requerido la Junta de Castilla y León, por lo que la administración dio por desistida su solicitud de autorización para los espectáculos taurinos. Aun así, antes de que se produjeran estos hechos, las peñas ya habían decidido que iban a hacer la bajada hubiera o no toros. Y así lo demostraron ayer, en un acto que reivindican como algo de Aranda, de toda la vida, de los arandinos y los visitantes. No había nada más que ver la gran cantidad de carritos de bebé que participaron: el relevo peñista parece asegurado. Hoy y mañana más bajada.