Burgos requerirá inmigrantes al perder 20.000 trabajadores

L.M.
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Un informe de la Comisión Europea augura que los burgaleses entre 20 y 64 años caerán el doble que la media europea. La mano de obra extranjera será necesaria

El sector de la construcción es uno de los que ya está teniendo que tirar de esa mano de obra extranjera tan solicitada. - Foto: Luis López Araico

El grave retroceso demográfico al que se enfrenta Burgos ha pasado de ser una cuestión local, regional o nacional a estar en el punto de mira de Bruselas. La Comisión Europea acaba de dar a conocer un informe demoledor que muestra la severa pérdida de población, especialmente en edad de trabajar, a la que se enfrenta la provincia a corto plazo.

El estudio, elaborado por el Departamento de Política Regional y Urbana, prevé que Burgos tenga a finales de esta misma década 21.785 ciudadanos menos entre los 20 y los 64 años que los que había en 2020. En términos porcentuales, este estrato de la sociedad retrocederá un 10,45% por el 4,8% que lo hará de media en el conjunto de la Unión Europea, algo menos de la mitad. Visto en perspectiva, las esperanzas de que sean las generaciones más jóvenes las que reemplacen a este grupo tan amplio son muy remotas.

Según el estudio elaborado en Bruselas, los burgaleses entre 0 y 19 años caerán en una proporción mucho mayor, concretamente del 15,8%, tres veces más que el promedio en el conjunto de la Unión Europea, que se quedará en un retroceso del 5%. De los 60.890 individuos que contabilizó la administración pública en 2020 se pasará a los 51.267 en 2030. Con estos mimbres, la provincia no tiene otro remedio que mirar a otros mercados laborales para ganar, como mínimo, esos 21.785 obreros que suplan la severa pérdida de mano de obra que se está produciendo en estos momentos.

La construcción es un claro ejemplo de este paradigma: tras la crisis de 2008 muchos trabajadores del sector se reconvirtieron, por lo que ahora los empresarios se las ven y se las desean para encontrar personal cualificado. De este modo, muchos han tenido que tirar de empleados de otras regiones o de extracomunitarios para poder sacar adelante sus promociones. El transporte, especialmente por carretera, es otro de esos sectores que han tenido que buscar conductores en Europa del Este o fuera del ViejoContinente para no quebrar. La patronal Asebutra se reunió con el subdelegado del Gobierno para agilizar los permisos de trabajo y trámites burocráticos y poder traer desde países como Rumanía o Bulgaria decenas de chóferes dispuestos a ponerse al volante de un camión. Del mismo modo, labores como la ganadería, la hostelería o los servicios sociales están cada vez más copadas por ciudadanos extranjeros. «Es duro decirlo, pero la gente no quiere trabajar o no se adaptan a las ofertas de empleo que hay en la actualidad», aseguraba hace unas semanas Miguel Ángel Benavente, presidente de la patronal burgalesa.

Burgos, no obstante, no es la provincia que peor panorama tiene por delante: en Zamora, territorio especialmente castigado por la despoblación, la población activa bajará más de un 18,27%. Es más, los tres siguientes territorios que peor balance presentan están también dentro de Castilla y León: tanto en León como en Palencia los ciudadanos entre 20 y 64 caerán un 15% esta década, mientras que en Ávila lo harán un 13%. La inmensa mayoría de las provincias de España sufrirán este descenso de personas en edad de trabajar, aunque no todas lo harán en la misma proporción: por ejemplo, en la Comunidad de Madrid y en Barcelona crecerán por encima del 6%, mientras que en la costa del Mediterráneo como en Navarra verán aumentar este estrato de población.

El panorama que tiene ante sí Europa es desolador, tanto que apenas unas pocas regiones del sur de Francia y otras en Países Bajos reportarán más personas en edad de trabajar que ahora. Sorprende que Irlanda -en su totalidad- y Suecia -casi por completo- también vayan a experimentar un alza de los ciudadanos activos. Peores son los augurios que se ciernen sobre el estrato de 0 a 19 años: en España ninguna provincia logrará aumentar este sector de población en 2030 frente a los registros del 2020. A nivel europeo, de nuevo Suecia y ciertas regiones de Alemania y República Checa conseguirán tener más jóvenes.

El envejecimiento de la población activa conllevará un incremento de los mayores de 65 años. La Comisión Europea pronostica que los 85.731 que tenía Burgos en 2020 serán diez años después 100.357, un 17,55% más. En España todas las provincias aumentarán este segmento, aunque especialmente las bañadas por el Mediterráneo y las Islas Canarias, refugio de muchos ciudadanos europeos jubilados.

También habrá fuertes subidas de mayores de 65 años en el norte de Alemania y en Irlanda. Para Rumanía y Bulgaria la Comisión Europea contempla todo lo contrario: perderán jubilados, ya que buena parte de la mano de obra a la que le tocaría envejecer habrá salido de esos países en busca de un empleo años atrás.