Los responsables de la Concejalía de Acción Social del Ayuntamiento de Aranda de Duero están valorando cómo incluir en los próximos pliegos de condiciones de los servicios de ayuda y comida a domicilio la obligatoriedad de que esta asistencia se preste también los domingos y festivos. Un planteamiento que se ha puesto encima de la mesa ahora que se está trabajando en volver a contratar la gestión de la ayuda a domicilio, mientras que el de comida acaba de iniciar una prórroga con la empresa actual. «Los usuarios parece que están contentos con el servicio que reciben, pero las necesidades que tienen no están sólo de lunes a sábado, por eso estamos valorando cómo se podría hacer esta ampliación», reconoce la responsable de los CEAS arandinos, Cristina Valderas.
La concejala se muestra convencida de que este planteamiento puede llegar a ser una realidad porque «tenemos muy buena sintonía con la empresa que presta estos servicios», por lo que la puerta está abierta a la negociación. Sin embargo, Valderas reconoce que son servicios distintos y aún hay problemas que solventar en la parte técnica. «El de ayuda a domicilio es más sencillo, pero para el de comida habría que encontrar una fórmula para que los usuarios pudiesen consumir la comida sin problemas, asegurando que los alimentos se conservan bien, porque eso con la línea fría era más fácil, y se complica con el sistema de línea caliente que tenemos ahora, y que vamos a mantener», expone la edil.
Estos dos servicios que presta el Ayuntamiento de Aranda cuentan con unas cifras estables de usuarios, que rondan los 240 en el caso de la ayuda a domicilio. «No tenemos lista de espera, por lo que no hace falta ampliar el servicio, y contamos con una margen muy corto de tiempo de espera desde que se solicita, incluso de 24 horas en los casos de necesidad», recalca Valderas, que apunta a este servicio como una forma idónea de que muchas personas retrasen su entrada en centros residenciales. «Es cierto que las residencias de Aranda tienen lista de espera, la mayoría, y la ayuda a domicilio viene muy bien para suplir esas necesidades», expone, aunque este servicio no está pensado sólo para personas mayores. De hecho, de los 2.763 usuarios que hubo en 2021, la mayoría se encuadran dentro de la tercera edad, 2.560, pero también se atendió a 195 personas discapacitadas y ocho menores.
Por zona de residencia, los usuarios más numerosos son los que viven en la zona norte de la capital ribereña, es decir, todos aquellos que tienen como referencia el CEAS de la calle Agustina de Aragón, que en la franja de edad de entre 65 y 74 años gestionó el 50% de las solicitudes aceptadas de la ayuda a domicilio. Entre los usuarios más mayores, en el tramo de edades de los 95 a los 104 años, se equilibran los porcentajes, repartiéndose a partes iguales los usuarios entre los cuatro CEAS en los que se reparte la atención en Aranda.
En el caso del servicio de comida a domicilio, las cifras de usuarios se ha recuperado, rozando en febrero las 1.520 comidas entregadas, con lo que se habrían superado la cifra de 60 usuarios. «Este servicio va más allá de repartir la comida elaborada diariamente, porque se habla con los usuarios, se entra a sus casas y se ve si están bien y en qué condiciones viven, lo que nos sirve también para llevar un control de las necesidades de estas personas», apunta la concejala de Acción Social, que remarca que este servicio ha retomado la normalidad tras el confinamiento.