Una fortaleza para la historia de Briviesca

S.F.L.
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El Servicio de Recuperación de Archivos de la Diputación digitaliza 35 documentos medievales del municipio que se expondrán en primavera. El proceso continuará con los libros de actas

María Jesús Olivares, archivera municipal, con el Fuero de Briviesca de 1313. - Foto: S.F.L.

Descifrar para conocer, para llenar los espacios vacíos de la historia y para saber más de las gentes que habitaron siglos atrás la Bien Trazada. El Servicio de Recuperación de Archivos de la Diputación lo hace posible con la tecnología más avanzada y desde que el Ayuntamiento briviescano solicitó su colaboración en marzo de 2021, ya son 33 los pergaminos digitalizados datados a partir del siglo XIII hasta el XV, el Cuaderno de Cortes de 1388 y el Himno a Briviesca de 1929, del que constan dos cuadernillos con la partitura original del autor y músico Rafael Calleja.

Algo más de doce meses se ha alargado el proceso hasta que en diciembre se procedió a la entrega de los documentos que contienen «cantidad de datos de carácter demográfico y sociológico que permitirán conocer detalles de la ciudad y de sus vecinos que se pasaban por alto, a la vez que realizar trabajos de investigación sin tener que tocarlos físicamente», explica la archivera municipal, María Jesús Olivares. De entre todos, cuatro permanecen todavía en Burgos porque serán restaurados por su deteriorado estado: tres privilegios de 1393, 1353 y 1420, además del Himno, que a pesar de no tener tanta antigüedad como el resto, su valor emocional hace que resulte uno de los más interesantes. 

En los tres documentos medievales se tratan diversas exenciones de impuestos de la época, como el que «recoge que quedaba libre de pagar una entrada al acceder por cualquiera de las cuatro puertas de la capital burebana y que pretendía vender mercancías». Alfonso XI dictaminó que por algunos productos no se debía abonar impuesto alguno; o en el que queda constancia de que «Pedro I ordenó en 1353 que no entrara ni uva ni vino en la localidad mientras el cultivo se cosechara», manifiesta. 

Entre el resto de escritos escaneados y tratados se encuentra el más antiguo que custodia el archivo municipal y que corresponde con un pergamino de 1289 en el que queda plasmado el acuerdo de venta de la finca El Moscadero de Llano de Bureba, que hasta entonces pertenecía a la comunidad judía de Briviesca, pero finalmente se lo vendieron al Abad del Monasterio San Salvador de Oña. «Se trata de un documento pequeño que a simple vista no resulta demasiado vistoso pero es muy importante, no solo porque nombra a una zona muy conocida a nivel provincial sino porque nos habla también de este colectivo y su existencia. En la ciudad apenas disponemos de vestigios de lo que pudo llegar a ser, aunque en el Museo de Burgos sí», aclara la experta.

Parte de esta 'colección' y «algún escrito más como el Fuero de la ciudad» serán expuestos en el Consistorio de cara a primavera en una muestra temporal «por cuestión de seguridad», aclara la trabajadora. Asimismo, la intervención no ha hecho más que empezar y Olivares pretende continuar con la digitalización de los libros de actas «siempre que el equipo de gobierno dé el visto bueno», añade. El más vetusto data del año 1486 y entonces el municipio contaba con varios alcaldes. Así puede leerse entre sus 294 folios, en los que también se pueden interpretar las formas de vida de la época, las costumbres, las obras que se realizaron, las leyes que había y un sinfín de curiosidades. «Considero que estos documentos son los más interesantes para adquirir un mayor conocimiento de nuestros antepasados y de la ciudad», sentencia.