«Ganar la Copa Intercontinental me lo llevo para siempre»

CARMELO PALACIOS
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Ángel Infante se convirtió en Argentina en el único burgalés en disputar este torneo. Un año después, más centrado en su carrera profesional como fisioterapeuta, seguirá la final desde la distancia con la creencia de que «se puede repetir título»

Ángel Infante, único burgalés en disputar una final de Copa Intercontinental, con el trofeo conquistado en Buenos Aires. - Foto: Luis López Araico

Seis de febrero de 2021. El Hereda San Pablo está jugando en Buenos Aires la final de la Copa Intercontinental por primera vez en su historia. A la altura del segundo cuarto, el partido pinta bien para los españoles y Joan Peñarroya, entonces entrenador azulón, mira al banquillo y hace un gesto para que Ángel Infante, un chico de Burgos de 21 años, entre a la pista y se convierta en el único burgalés en jugar la final de una Copa Intercontinental. Fueron solo unos pocos segundos, pero un recuerdo así es para toda la vida. «Eso me lo llevo para siempre», rememora un año después Infante.

La inoportuna lesión de Alex Renfroe antes de viajar a Argentina le brindó la oportunidad de formar parte del primer equipo en una cita histórica. Ya había debutado en la Liga Endesa y también en la Basketball Champions League por las bajas en la plantilla azulona, pero formar parte de la expedición en la lucha por un título suponía ir un paso más allá. El sueño de un chaval de la cantera convertido en realidad. «La situación me sobrepasaba un poco, pero la verdad es que disfruté mucho de la experiencia. Compartir vestuario con gente con la que has disfrutado tanto desde la grada es algo increíble. Al principio te preguntas cómo  serán, pero la verdad es que son personas normales. Además, el trofeo era nuevo para todos menos para Benite», cuenta con una sonrisa.

Aquella final en el Estadio de Obras Sanitarias está grabada a fuego en la memoria de Ángel y, además, guarda como oro en paño en su casa fotos suyas con la copa y con el resto del equipo: «Salí unos segundos para hacer una defensa. Fue mucho más de lo que me hubiera esperado. Es algo que agradeceré siempre a Peñarroya porque me hizo sentir de manera espectacular. Me sentí más integrado y parte del éxito. Ganar la Intercontinental es algo que me llevo para siempre».

Esta vez no acompañará a la expedición azulona a El Cairo. Infante ha decidido centrarse en su carrera profesional como fisioterapeuta, aunque sigue ligado al baloncesto como jugador del Nissan Grupo de Santiago, filial del Hereda San Pablo. «Sé que es muy difícil vivir del baloncesto, muchos más que vivir, sobreviven. De momento, lo tengo como hobby, que es lo que ha sido siempre para mí, pero nunca se sabe...», señala.

Aunque no estará en Egipto, se pegará a la televisión para animar como un hincha más y, pese al mal momento que atraviesa el Hereda San Pablo, se muestra optimista: «Creo que se puede repetir el título en El Cairo y, en cuanto a la liga, hay que seguir trabajando».