«Nos preocupa la falta de profesores y la calidad»

B.G.R.
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ENTREVISTA | Gemma Moradillo Saiz estudia cuarto del doble grado de Derecho y Ciencia Política y ha tomado las riendas del Consejo de Alumnos de la Universidad de Burgos (CAUBU) después de las elecciones celebradas el 25 de febrero

Gemma Moradillo, presidenta del CAUBU. - Foto: Alberto Rodrigo

Nacida en Burgos, acaba de iniciar una nueva aventura en su carrera universitaria asumiendo la Presidencia del Caubu, en la que estará acompañada por Daniel Blázquez  como vicepresidente y Víctor Ubierna en el cargo de secretario. En su agenda ya figuran unas cuantas reuniones de trabajo con el objetivo final de «hacer cosas por los estudiantes de la UBU», el mismo motivo que le impulsó a presentar su candidatura. Elogia aspectos de la Universidad como los programas de Internacionalización o la «competitividad» de sus egresados en el mercado laboral, aunque reconoce que «es necesario» que se tengan en cuenta algunos aspectos que afectan sobre todo a los alumnos online.

Todos los presidentes del Caubu se han marcado como reto el aumento de la representación estudiantil. ¿Entra dentro de sus objetivos?

La cuestión es que el Caubu se elige anualmente, no como el resto de órganos de representación de la comunidad universitaria. Este año, por ejemplo, con el retraso en las elecciones el periodo de mandato es aún más corto. Nuestro margen de actuación es reducido y las medidas que queremos tomar tienen un proceso administrativo que retrasa mucho su puesta en marcha. Tenemos que darnos prisa para poder hacer las cosas que queremos hacer. 

¿Vuestra intención es que ese mandato se alargue en el tiempo?

No, pero yo el año que viene, dependiendo de cómo evolucione este, igual me vuelvo a presentar para poder dar esa continuidad. De todas formas, ya estamos teniendo reuniones para empezar a trabajar cuanto antes en los aspectos que queremos llevar a cabo.

¿Y cuál es el primero?

Hay dos. Por un lado, el trabajo interno sobre el reglamento del Caubu, que lleva muchos años sin reformarse y no incluye a los estudiantes online. Y por otro, queremos que los delegados hagan una representación estudiantil fuerte para que los problemas del colectivo no se queden en conservaciones de pasillo. Por ejemplo, en la Facultad de Derecho somos 46 y a las reuniones acuden 15 como mucho. Esto pasa en toda la Universidad porque los estudiantes no tienen confianza en los órganos de representación, ya que cuando hay un problema no se consigue nada porque nuestro potencial es mínimo. Por eso, hay que tratar de dar un solución a todos los problemas que se planteen, ganar esa confianza y potenciar la participación de los universitarios.

Pero eso es tarea complicada...

Es uno de nuestros objetivos. Primero hablaremos como junta directiva con los miembros del Caubu para que luego estos se pongan en contacto con los representantes de sus centros. De esa forma, asistiremos a las reuniones de los delegados de las facultades para conocer cuáles son sus problemas. También habilitaremos plataformas en nuestras redes sociales para que cada alumno pueda exponer sus quejas. 

La UBU está teniendo problemas para cubrir algunas plazas de profesorado. ¿Es algo que se da en todos los centros del campus?

En los grados de Español e Historia tienen una falta de profesores bastante importante porque hay vacantes que se han quedado desiertas. Otro ejemplo está en la asignatura de Derecho Canónico, que no ha habido docencia desde principios de curso hasta hace una semana porque la profesora está de baja. Esto puede tener consecuencias muy negativas en el alumnado, sobre todo en aquellos que tienen pendiente esa materia para terminar el grado.   

¿Alguna queja sobre la docencia?

En la enseñanza online, los estudiantes no disponen de ningún sistema de evaluación del profesorado, como sí que ocurre con la presencial a través del UBU-Barómetro. Además, también nos preocupa la calidad docente. Vemos trabas en nuestro aprendizaje cuando viene un profesor y solo lee un manual o nos dicta unos apuntes. Nosotros no queremos eso, sino que nos expliquen los temarios y adopten dinámicas que sean asertivas con los alumnos. A día hoy nos preocupa esa falta de profesorado y la calidad.

¿Cuál es su opinión de las prácticas no remuneradas?

Antes que eso, el problema es que no hay oferta de prácticas para todos los estudiantes y la situación se ha agravado con la pandemia al suspenderse durante un tiempo. 

Profesorado, docencia... ¿qué otras cuestiones reivindica el Caubu?

Mejorar las instalaciones de los centros, ya que hemos hecho exámenes hasta con goteras. Estos problemas, además, se dan en todos los centros, con más incidencia en los antiguos.    

¿Cómo valora el grado de empleabilidad de los títulos de la UBU?

Depende de carreras, pero en líneas generales la competitividad de los alumnos que salen de la Universidad de Burgos se puede comparar con la de cualquier otra. 

¿Y la implantación de nuevos grados en el campus?

Aquí tenemos una doble opinión. Por un lado, consideramos que es bueno porque hace que la institución académica crezca. Pero por otro, se realizan muchos esfuerzos para incorporar nuevas carreras y se deja de lado mejorar los existentes y arreglar los fallos que presentan. 

¿Como por ejemplo?

Pues la falta de profesores, la mejora de las instalaciones o una mayor atención a los estudiantes online. En este caso, no se están tomando medidas para mejorar la calidad de su enseñanza, que no pasa por colgar un PowerPoint en la plataforma online. No tienen contacto con ellos para poder hacer preguntas, ni se imparten clases magistrales a través de medios informáticos... Deberían mejorarse estos grados porque se encuentran descuidados.

Antes de la pandemia, las fiestas  eran una pregunta obligada. ¿Piensa el Caubu intentar recuperarlas?

Depende de cada facultad, pero tanto los decanos como el Rectorado tienen mucho miedo a que se beba dentro del campus porque está prohibido. Sin embargo, en las cafeterías te sirven vino y cerveza. Se podrían hacer con responsabilidad, aunque sabemos que la negativa del Rectorado está asegurada. Por ahora, no nos parece un tema prioritario.