Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


Lluvias

12/04/2022

A la espera de conocer la composición final del Gobierno de la Junta (ya sabemos los elegidos por Vox; los de Mañueco, aun no) y las nuevas exigencias, que las habrá, de los de Abascal, fijémonos hoy en algo tan de conversación de ascensores como es el tiempo. Como quiera que el desenlace de la sesión de investidura estaba cantado desde la noche electoral (solo faltaba la fecha y se ha hecho esperar), casi todo el mundo se ha puesto a mirar al cielo. Son fechas de ello. Ha llegado la Semana Santa y las nubes podrían amargar las buenas previsiones para el turismo, las escapadas a playas, montañas y casas rurales, el relanzamiento, aunque sea provisional, de la economía y la sensación de romper unos días con la rutina y el hastío. Es el momento, lo viene siendo desde hace años, en el que meteorólogos, tertulianos, analistas, informadores y demás ponen calificativos al tiempo. Si llueve, hará mal tiempo. Si luce el sol, incluso si arrea lo suyo, el tiempo será bueno. Y se quedan tan oreados, sin pensar en que esa lluvia, ese «mal» tiempo, puede generar millones de beneficios en el campo, asegurar las cosechas y, por tanto, garantizar los alimentos que consumimos a un precio más razonable que si los tenemos que importar. Entiendo a los cofrades que se lamentan y lloran si llegan los chubascos y les impiden desfilar. Entiendo a los hoteleros, a los dueños de restaurantes y casas rurales, cuando comprueban que las previsiones de lluvia pueden acarrearles cancelaciones, daños económicos. Entiendo a los que esperan que el sol les arregle hasta su estado de ánimo. Es fácil entenderlo, especialmente si nos lo repiten por tierra, mar y aire y a todas horas. Lo que es muy difícil de comprender es que nadie parezca preocuparse por los problemas que la ausencia de lluvia, la sequía, genera en los agricultores y ganaderos. Como si no existieran, como si el campo fuera únicamente un decorado, algo que está ahí para que paseemos y para presumir de unos días de silencio y aire puro. Pues, no. El campo, el sector agrario es más, mucho más. Piénsenlo antes de bramar y maldecir si llueve.