Fallece la emprendedora María Luisa Navarro

I.E.
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Fundadora de la fábrica textil Elipse en Lerma, ya cerrada, y de Bodegas Arzuaga, murió ayer a los 87 años

María Luisa Navarro posa en su taller de Lerma. - Foto: Luis López Araico

Su hija Amaya Arzuaga continuó la senda triunfando en todos los rincones del mundo con sus originales diseños pero fue María Luisa Navarro la mujer que puso en el mapa la moda burgalesa cuando se convirtió en el alma de Elipse María Luisa Navarro SA, la empresa heredera del taller de confección y tienda que en 1952 montó su padre, Anastasio, en Lerma. Ayer, esta empresaria de carácter, innovadora, dinámica e intuitiva -que también  fue cofundadora de Bodegas Arzuaga- falleció a los 87 años de edad. 

Si hoy la Pasarela de la Moda de Castilla y León se celebra en Burgos -precisamente tendrá lugar en la semana que entra (entre el 18 y el 20 de octubre)- es en buena parte debido al inmenso esfuerzo y a la creatividad de María Luis Navarro, que tomó las riendas de Elipse  en los años 70 del pasado siglo junto a sus hermanos Eugenio y Avelino. Pero su personalidad arrolladora y su iniciativa la situaron desde el minuto uno como la cabeza visible del negocio, como responsable de los muestrarios. Eugenio era el encargado de la Administración y del personal y Avelino el director comercial. 

Gracias a la inquietud de María Luisa Navarro la empresa fue creciendo y llegó a tener -en los años 90- más de 150 empleados. Tenía tiendas en Burgos y en Ibiza, pero como ella se encargaba de enfatizar en las entrevistas que concedió a este periódico, «en España Elipse era conocida por la fabricación». Su mercado se hallaba, en un principio en la península, Canarias y Baleares, pero con el empuje de esta empresaria pronto dio el salto a países donde la industria de la moda estaba mucho más desarrollada, como Francia e Italia. Y triunfó allí.

María Luisa y su familia apostaron por hacer crecer el negocio en un momento complicado, en el que las marcas empezaron a proliferar y en el que las firmas extranjeras eran «una seria competencia». Pero se pusieron manos a la obra e imprimieron un gran cambio tecnológico a principios de los años 70 a su planta, con la compra de máquinas eléctricas para sustituir a las de tracción mecánica. 

A finales de los 80 y en los 90 sus diseños se subieron a las pasarelas más importantes de España y del extranjero, al punto de que los cronistas de moda de la época no dudaban en señalar que ella y su empresa llevaban el nombre de Burgos a lo más alto de la moda internacional.

Pero curiosamente María Luisa Navarro no quería ser empresaria ni diseñadora. Según confesó a Diario de Burgos en una entrevista en 1994 ella soñaba con ser periodista y aventuraba que se trataba de una profesión que no se le hubiera dado «nada mal». El caso es que su futuro profesional discurrió por otra senda, muy fructífera. E inspiró a su hija, Amaya Arzuaga, para que continuara su camino, un guante que recogió con agrado y entrega. Al punto de que la marca Amaya Arzuaga ha superado en resonancia mundial a la de su precursora, Elipse. Es cierto que en 2011 la fábrica lermeña echaba el cierre y algo más de 30 trabajadoras se quedaban sin empleo, pero a María Luisa Navarro siempre se la recordará por internacionalizar la moda burgalesa. Y para triunfar, solo una receta, según ella misma se sinceró con es periódico: «Muchísimo trabajo y estar siempre pendiente de lo que pasa en la empresa». Pues eso.

El velatorio por su muerte tendrá lugar hoy en la Finca 'La Planta', en Quintanilla de Onésimo (Valladolid, a partir de las 14 horas. A continuación, a las 18 horas, se celebrará una ceremonia por su «eterno descanso».