La cifra de vehículos que están dados de alta pero que carecen de seguro obligatorio es «muy elevada», cerca de 19.000 en territorio burgalés. Lo reconoce el propio jefe provincial de Tráfico, Raúl Galán, quien al mismo tiempo matiza que muchos de esos automóviles, camiones o tractores «se hallan en garajes o pajares y no circulan», otros solo existen «sobre el papel, en el registro», pero admite que «hay casos en los que sí transitan por carreteras y ciudades y eso es un peligro». Sí, porque si se produce «un accidente no se cubren los daños materiales ni, lo que es más importante, los personales de un tercero».

La DGT sigue la pista a todos ellos, 18.803 en concreto en Burgos, según la respuesta que dio el Gobierno al diputado burgalés del PP Jaime Mateu. Pero no gira sanción a todos los propietarios, tan solo a los que la Guardia Civil y la Policía Local sorprenden en carretera o están aparcados en la vía pública. Y ahora es muy sencillo, «porque solo con introducir el número de matrícula en la táblet que portan los agentes en sus patrullas o en los multacar ya salta si un vehículo tiene o no seguro». Las sanciones oscilan entre los 601 euros y los 601 a 3.005 euros, graduada en función de si el vehículo fue sorprendido circulando o no.

Aunque cualquier vehículo dado de alta y sin seguro puede ser multado, Galán explica que «no resulta operativo» porque, además, en algún caso los juzgados de lo contencioso administrativo han anulado procedimientos «porque el automóvil en cuestión no estaba en marcha ni estacionado en la calle».

En todo caso el control sobre ellos existe. A través del nuevo Real Decreto Sobre Vehículos al Final de su Vida Útil -aprobado en abril de 2021- y que modifica el Reglamento General de Vehículos de 1998, Tráfico puede dar de baja definitiva todos aquellos vehículos que no han pasado la inspección técnica ni tienen seguro desde hace diez años o más. En la provincia de Burgos son 10.987. De ahí que sea conveniente tener vigilados todos estos supuestos.

El director provincial de Tráfico, Raúl Galán, explica que estos casi once mil vehículos serán dados de baja «porque se presume que no existen o no circulan al no haberse cumplido las exigencias en materia de inspección ITV obligatoria y de seguro de responsabilidad civil de suscripción obligatoria en los últimos diez años». Esta baja definitiva de oficio, en cualquier caso, no impide que «si el vehículo cumple a posteriori las condiciones para poder volver a obtener la autorización administrativa para circular, pueda ser rehabilitado», agrega.

El mismo decreto establece una regulación para que la baja temporal sea realmente temporal. Parece una redundancia pero no lo es. Hasta ahora, cuando un conductor no iba a utilizar el vehículo podía solicitar una baja de este tipo, provisional. Las razones pueden ser variadas: que el dueño ya no tenga que viajar por trabajo y prevea que no va a usar el coche por un tiempo o que el propietario de una moto vaya a restaurarla, etc. Con ello se ahorraba todo tipo de impuestos, no tenían por qué renovar el seguro y no habían de pasar ITV alguna. ¿Qué sucede? Pues que mucha gente daba la baja temporal y esta pasaba a ser infinita, con lo que era de facto una baja permanente pero sin deshacerse del vehículo y, por tanto, sin la seguridad de que el tratamiento de los residuos fueran los correctos y de que no se circulaba.

Ahora, con esta reforma, las bajas temporales tendrán una duración máxima de un año. ¿Eso significa que un coche solo podrá estar dado de baja temporal un año? No, podrá estar de baja temporal todo el tiempo que sea necesario, pero para ello habrá que tramitar una prórroga. De lo contrario se activará automáticamente el alta y, por tanto, habría que volver a hacerse cargo de todas las obligaciones que requiere tener un vehículo en funcionamiento (impuestos, ITV, seguro). En cuanto a la prórroga, tendrá que solicitarse con, al menos, dos meses de antelación.