El pasado 23 de junio el Senado aprobó la congelación de la subida del impuesto de matriculación hasta final de año, una vez que los partidos de la oposición forzaron este cambio a partir de una enmienda presentada por el PDECat.

De este modo se mantenía en standby una medida duramente criticada por el sector de la automoción, máxime en plena caída de ventas tras la llegada de la pandemia, y que contempla distintos incrementos en función de las emisiones de cada vehículo. Sin embargo, con la entrada en 2022 mañana los conductores tendrán que rascarse el bolsillo, incluso los que han adquirido su modelo este curso.

La patronal Faconauto calcula que en la provincia de Burgos son alrededor de 900 los coches nuevos cuyas emisiones se encuentran entre los 120 y los 140 gramos de CO2 por kilómetro, tramo que iba a aplicar la reducción pero que se benefició de la moratoria. Anivel nacional la cifra alcanza los 300.000, prácticamente el 40% de todos los que se han vendido este 2021 -entre enero y noviembre-.

El impuesto de matriculación gravará desde este 1 de enero con un 4,75% a todos los modelos nuevos que expulsen a la atmósfera entre 121 y 159 gramos de dióxido de carbono por kilómetro, mientras que entre los 160 y los 199 gramos el gravamen pasará a ser del 9,75%. Además, los coches que superen los de los 200 gramos de CO2 tendrán una tasa impositiva que llegará al 14,75%.

La entrada en vigor de este incremento no es bien recibida por los concesionarios.La patronal burgalesa ya ha manifestado en numerosas ocasiones que son partidarios de que se prorrogue su aplicación para evitar que las ya de por sí castigadas matriculaciones sigan precipitándose. De llevarse a cabo tal y como piden, evitarían aumentar el precio de los modelos y, de este modo, tratar de atraer a los clientes más reticentes.

Un ahorro cuantioso. Según cálculos elaborados por Faconauto, la moratoria de la tasa ha permitido que los compradores de nuevos coches en 2021 se hayan ahorrado alrededor de mil euros de media en la adquisición de sus modelos.

Como muestra, a lo largo del curso pasado en torno al 70% de los vehículos nuevos que se matricularon en el conjunto del territorio nacional estuvieron exentos de pagar el tributo por emitir menos de 120 gramos/km de dióxido de carbono.N obstante, ahora sí que deben rascarse el bolsillo si nada vuelve a cambiar.