El potencial logístico que atesora la provincia de Burgos es incuestionable. Y eso que no está explotado al cien por cien de su capacidad. Cada vez son más las industrias que apuestan por mover sus mercancías a través del ferrocarril, un método que permite optimizar cargas más grandes que las que se transportan por carretera. El corredor abierto entre la terminal de Villafría y el Puerto de Bilbao es buena prueba de ello. Las relaciones comerciales que unen a decenas de fábricas situadas a ambos extremos del mismo se intensifican más cada día, lo que permite aumentar el intercambio de productos.

Tal es el avance que durante el año pasado el número de toneladas netas que se movieron entre ambas capitales aumentó un 20%, la tercera ruta ferroviaria que más creció en todo el territorio nacional. Y todo esto sin tener operativa la línea del Tren Directo hasta Madrid con paso por Aranda de Duero, la prolongación más lógica hasta el epicentro de la logística nacional. La relevancia que tendría el Corredor Central para la provincia se basa en datos como el que ofrece la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en su informe de 2021 sobre el sector del tren.

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