Los burgaleses continúan demostrando por qué son algunos de los ciudadanos más comprometidos con el ahorro a través de los planes de pensiones individuales. Los últimos datos que atesora la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco) dejan un nuevo tope histórico, 1.041 millones de euros.
Pese al buen rendimiento que ofrecen estos productos financieras de ahorro de cara a la jubilación, cada vez son menos los que optan por abrirse uno. ¿El motivo? La limitación a 2.000 euros anuales fiscalmente deducibles por partícipe que tenía en vigor el Ejecutivo en 2021 (1.500 euros para 2022). «Están poniendo zancadillas al producto favorito de los españoles para tener dinero de cara a la jubilación», lamenta José LuisManrique, director de Estudios del Observatorio Inverco. Y es que en la provincia había el año pasado -último del que hay registros- 70.693 cuentas, cerca de una por cada cinco habitantes.
Apuntan desde la entidad que los tiros del Gobierno van más bien por la popularización de los planes de pensiones públicos que por los individuales. «Todo lo basan a la negociación colectiva, pero solo uno (el de la construcción) incorpora cláusulas para incorporarles», asegura. De este modo, la bajada interanual entre 2021 y 2020 ha sido de cerca de dos millares de cuentas en Burgos. «No hay partícipes nuevos porque no se quieren fomentar los planes. Los que las tienen abiertas las liquidan cuando se jubilan», indica Manrique.
Aunque la caída será un proceso lento, ha motivado el incremento tan espectacular del patrimonio. Por poner en contexto, durante 2020 los burgaleses tenían a resguardo 951 millones. La subida, del 9,4%, es una de las más elevadas del conjunto nacional. «No pedimos que se aumente mucho el límite máximo de aportación, sino que simplemente vuelva al nivel de los 8.000 euros anuales que se podían deducir al IRPF», insiste el director de Estudios del Observatorio Inverco. Recuerda José Luis Manrique que en 2006 el montante permitido llegó a ser de 24.000 euros. «Poner restricciones al ahorro no tiene ningún sentido», admite.
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