Cuando ganar es el único camino

Diego Izco
-

El Real Madrid siempre tuvo claro la meta mientras el Barcelona se perdió claramente en las formas. El método de Zinedine Zidane incluye magia merengue: casi nunca falla en las grandes citas

Cuando ganar es el único camino - Foto: AFP7 vía Europa Press

Cuando el partido «estaba abocado al empate» o «lo más justo era el reparto de puntos» o «nadie mereció ganar, pero tampoco perder», es porque ha ganado el Real Madrid. En un pesaje de kilo contra kilo, el Madrid siempre pone 1.001 gramos sobre la balanza y lo desequilibra todo, como un pequeño gran huracán en medio de una ‘equis’ programada que termina siendo una victoria blanca porque es a lo que se ha dedicado toda la vida: a ganar. Como sea, cuando sea, con quien sea… porque merecerlo es secundario. Quizás en el ADN azulgrana fue primero el merecimiento, el estilo, el toque, dominio, posesión, taca-taca-taca, y después la consecuencia, o sea, la victoria. En el ADN blanco es exactamente al revés, como decía Valdano de los Mundiales de Alemania: «Primero los ganan y después se los merecen». 

 

Brujo Zidane

La vieja leyenda del ‘mero alineador’ o del ‘estupendo motivador’ ha desaparecido: Zidane se reivindica como un gran entrenador en las grandes citas y cuanto peor es la postura blanca en las apuestas. Lo que jamás desaparecerá será ese aire de brujería que tienen algunas de esas citas: que la última pelota del partido (tiro de Ilaix Moriba) se estrellase en el larguero tiene que ver con esa ‘flor’ que tiene el francés cuando hay algo importante en juego. Y sí, el Barça venía de una dinámica en la que lograba goles salvíficos en los últimos instantes… pero Zidane es Zidane.. 

 

Frío

La tiritona de Messi es la de todo el barcelonismo (sí, cuando Messi estornuda el Barça se acatarra). Bajo la tormenta, helado y perdido, Messi miraba atrás en el tiempo: todo era rosa y plano hasta que llegó el parón FIFA y ese barco que navegaba a velocidad de crucero ha gripado. El Barça, justo antes de esa pausa, había ganado 1-6 en San Sebastián. Justo después, un 1-0 raquítico y polémico ante el Valladolid con las mismas caras, el mismo sistema… pero sensaciones diametralmente opuestas: aquel equipo torpe y hosco de diciembre había vuelto.