El UBU Tizona disfrutó e hizo disfrutar ayer a la grada de El Plantío en un amistoso en el que fue tremendamente superior al Clavijo riojano, que milita también en el Grupo Oeste de la LEB Plata. Los burgaleses no dieron ninguna opción a su rival y dejaron el encuentro visto para sentencia antes del descanso. A pesar de tener una renta de más de 20 puntos, siguieron con su guión de partido y ofrecieron una imagen de un equipo que puede luchar por todo (100-52). Es muy pronto para lanzar las campanas al vuelo, pero el rendimiento de los pupilos de Diego Ocampo en el día de ayer invita al optimismo.

El conjunto azulón mostró muchas virtudes y pocos defectos. Realizó  una defensa realmente pegajosa, provocó numerosas pérdidas en el rival, reboteó y salió al contragolpe para castigar cada error. Hasta 33 puntos llegaron en transición en lo que parece que va a ser una seña de identidad del bloque castellano. Pero no se limitó solo a correr. También tuvo paciencia para buscar soluciones bajo la batuta de Cuevas -8 asistencias- y Ayoze. El Tizona fue capaz de encontrar al hombre liberado por fuera, algo que aprovecharon Bortolussi y Alberto Alonso, y a los grandes por dentro. Garmine demostró que es muy peligroso jugando por encima del aro y Diene dejó buenos gestos técnicos en la pintura. En general, fue un triunfo coral en el que todos anotaron y cinco estuvieron en dobles dígitos de valoración.  Seoane, que aprovechó para aumentar su cuenta particular cuando el choque estaba roto, fue el máximo anotador (16) y el más valorado del partido (18).

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