Las estaciones de servicio de la capital burgalesa vivieron ayer una jornada de intenso ajetreo. El final de la bonificación de 20 céntimos por cada litro de combustible provocó importantes colas en varias gasolineras de la ciudad y una actividad intensa en todas ellas. No es para menos porque la diferencia entre llenar un depósito de 50 litros antes de que termine el año o hacerlo el 1 de enero, con apenas un día de diferencia, puede ser de alrededor de diez euros.

Tanto el presidente de la Agrupación de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles de Castilla y León (Avecal), Rafael Pizarro, como el de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Burgos (Adesbur), Jesús Sadornil, coinciden en estimar que en los últimos días las ventas de combustible a particulares (las bonificaciones se mantienen para los profesionales) han crecido, de media, entre un 20% y un 30%. Si ayer fue un día intenso, hoy esperan una afluencia de clientes muy similar.

Si algo ha cambiado respecto a la actividad de un día normal del resto del año es que los conductores «en lugar de repostar 30, 40 o 50 euros se han ido con el depósito lleno». Algo del todo lógico si el objetivo era el de conseguir el mayor ahorro posible. Para los empresarios estos ingresos suponen «pan para hoy y hambre para mañana», pero ven del todo lógico que el ciudadano aproveche la bonificación antes de que termine.

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