El hielo daña la flor de Caderechas pero no arruina la cosecha

S.F.L.
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Los cerezos de las zonas bajas del Valle han sufrido más las bajas temperaturas que los de la alta porque la floración está más adelantada. Los productores no temen porque quedan muchas yemas por brotar

El mes de abril es crítico para el desarrollo de las cerezas. Con más heladas podría verse reducida la producción. - Foto: S.F.L.

De nuevo, y por tercer año consecutivo, las suaves temperaturas registradas a finales de febrero y en marzo volvieron a adelantar la floración de los cerezos de las zonas más bajas del Valle de Caderechas, como en las localidades de Terminón o Salas de Bureba. Las seis heladas consecutivas que azotaron el territorio la semana pasada y esta han provocado daños «irreparables» en la mitad de las flores de los cerezos. No obstante, los productores mantienen la calma ya que la mayor parte de las yemas aún permanecen sin brotar, por lo que la cosecha no se verá arruinada.

En esta ocasión, la reducción de flores no tiene por qué afectar drásticamente a toda la producción del área, que gana en calidad cuanta menos fruta llegue a crecer en cada rama. De hecho, el hielo de los primeros días de abril apenas resintió los árboles, ya que los termómetros no bajaron más de un grado bajo cero. La temperatura descendió hasta los 6 grados negativos la noche del martes y hasta menos 5 la del miércoles. «Estas bajadas son las que han hecho realmente daño a la flor, que de las que se encontraban totalmente abiertas no ha sobrevivido ninguna. Las yemas con la punta blanca se han visto afectadas en torno al 70-80% y las que están en botón verde que todavía no han abierto, un 20 o 30%», explica Juan José Gandía, fruticultor y presidente de la Asociación de Productores y Comerciantes de Caderechas.

A diferencia de otras temporadas, el hielo ha afectado de la misma manera a todo el Valle, «porque se ha tratado de una helada negra que llamamos, una masa de aire polar que llega a todos los puntos por igual, y se han registrado las mismas temperaturas mínimas todos los pueblos, un hecho muy poco habitual en estas alturas del año», aclara Gandía. Los árboles de los pueblos más elevados, como Herrera o Madrid de Caderechas han corrido algo más de suerte por el simple hecho de que la floración en esta zona va más ralentizada y, por lo tanto, las yemas no han sufrido tanto con el frío. Asier Irigoyen, hijo de fruticultor, manifiesta que a pesar de que «todavía es pronto para valorar daños, no parece que el frío haya afectado demasiado a los cerezos en Herrera».

Hasta finales del mes de abril los agricultores corren el riesgo de que la producción se reduzca de manera considerable ya que existe riesgo de que se produzcan más heladas. No obstante, a lo que Germán Ayus tiene más miedo es a la previsión de lluvias de la semana que viene. «El lunes, martes y miércoles esperamos precipitaciones, que como vengan muy fuertes no se salva ni una flor», declara el productor.

Para entonces, un manto blanco invadirá el Valle de Caderechas, y aunque en un principio las previsiones indicaban que el máximo esplendor de la floración se contemplaría en Semana Santa, los expertos aseguran que «en torno al 18 de abril» el espectáculo natural estallará en su totalidad.

Buenas previsiones. El año actual destaca por las más de 30 heladas registradas durante las madrugadas de los primeros meses del año, que no dañaron los árboles ni tampoco repercutieron en la cosecha, que según los propietarios de las fincas viene «bastante cargada». Tras analizar los árboles, los productores manifiestan que los cerezos presentan un «estado fuerte» porque en el territorio no ha habido sequía. «En septiembre y octubre llovió bastante y ese agua de otoño fue absorbida, por lo que en principio la producción será buena, siempre y cuando el hielo tardío no vuelva a entrometerse y aniquile la fruta», expone Gandía.