Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Deprisa, deprisa

20/07/2022

Esto va muy rápido. Es como si a Pedro Sánchez se le hubiera metido el miedo en el cuerpo y quiere tomar decisiones cuanto antes. Deprisa deprisa, hay que arreglar las cosas, tomar decisiones, hacer cambios, convocar el federal, atar en corto a los disidentes y dar la vuelta a la situación, que se está yendo de las manos.

Para mayor preocupación, cuando acababa de convocar el comité federal para que aprobara nombramientos -¿solo del partido? ¿También del gobierno?- el CIS de Tezanos llegaba con una noticia alarmante: el PP ganaría hoy unas elecciones, con el PSOE a casi 2 puntos de distancia. Pedro Sánchez debe estar al borde del ataque de nervios.

El lunes renunció Lastra; el martes, Delgado. Las dos, por razones personales, un embarazo de riesgo y una lesión en la espalda. Es la explicación oficial, aunque se trata de dos personas tan cuestionadas que inevitablemente se han disparado las especulaciones.

No se sabe si ante la certeza de que el futuro de Pedro Sánchez no se presentaba brillante, política y electoralmente hablando, el presidente ha decidido soltar lastre y deshacerse de dos altos cargos muy polémicos; o si efectivamente ellas han decidido dimitir porque no se sentían con fuerzas para continuar. Algunas malévolas fuentes socialistas cuentan que en el caso de Lastra, se ha marchado de la vicesecretaría general del PSOE antes de que Sánchez se lo pidiera. No es el caso de Dolores Delgado, la Fiscalía General tiene fecha de caducidad, que solo se puede adelantar por dimisión del titular. Es probable que su renuncia se deba a una lesión de la espalda que le impide trabajar a pleno rendimiento, pero este martes convulso se aceptaba con dudas que la situación fuera tan grave como para justificar la renuncia.

Dolores Delgado ha sido sin duda la Fiscal General más discutida. Desde el mismo día de su nombramiento, porque salió directamente del despacho del Ministerio de Justicia a ocupar el despacho de la Fiscalía General, lo que provocó que se pusiera en duda su imparcialidad. En efecto, en estos dos años y medio de mandato ha dado pruebas de sectarismo en algunas de sus decisiones, tanto en los nombramientos -con incómodas polémicas entre fiscales- como en asuntos que incidían directamente en la gestión del gobierno de Pedro Sánchez, del que había formado parte.

No ha ayudado en su imagen de independencia el hecho de ser la pareja de Baltasar Garzón, muy cuestionado tanto cuando ejercía de juez de la Audiencia Nacional como ahora que dirige un importante bufete en Madrid. Su estrecha relación con el ex comisario Villarejo, el hombre que ha provocado los mayores escándalos de los últimos años en España, ha salpicado también a la propia Delgado, que ha visto publicadas conversaciones suyas con Villarejo que han causado estupor, bochorno… y cuestionado su profesionalidad.

Moncloa y Ferraz son estos días escenarios turbulentos. El sábado, con la reunión del comité federal, se presenta apasionante.