Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


¡Devolvednos nuestras barracas!

13/02/2023

Según publicaba este periódico la pasada semana, las barracas repetirán ubicación hasta por lo menos 2025. Esto quiere decir que volverán al medio del campo, a un no lugar, a colocar las atracciones sobre una carretera rodeada de rastrojos o campos de cereal por cosechar (según venga el año agrícola). En suma, a la nada más absoluta.

La cosa, como casi siempre, tiene que ver con la burocracia, esa fuerza oscura que maneja el mundo desde las sombras con sus tiempos demenciales y sus procedimientos desquiciados. Resulta que, como es sabido, hay una parcela prevista para alojar las barracas de forma definitiva, concretamente la que ocupaban los antiguos depósitos de CLH cerca de la universidad. Pero ese trozo de tierra está contemplado en el Plan General de Ordenación Urbana como de uso educativo y las barracas requieren que sea un equipamiento de ocio.

Cambiar esas palabras en un papel, educación por ocio, es tarea de titanes, una labor esforzada superior a la que realiza un levantador de piedras. Algo que, ya se sabe, lleva su tiempo (todo). Además después se abren periodos de exposición, alegaciones, partes contratantes de la primera parte, que si hay elecciones, que si es verano, que si la abuela... Cuando el papeleo esté resuelto habrá que hacer obras, urbanizar, echar asfalto, meter tubos... Solo de pensarlo ya se cansa uno. Así que, en resumen, entre papeles y cemento, el recinto no estará en el plazo anunciado ni de globo. Y, mientras, ningún alcalde se atreverá a cambiar las barracas de sitio porque en los anteriores movimientos los vecinos han protestado como si de un cementerio nuclear se tratara.

Como resultado, la feria estará otros dos años (que serán más) en su exilio actual. La única explicación para que esto suceda es que los responsables de la decisión no estuvieron allí el año pasado: no puede haber un lugar peor (entre la estepa y el polígono industrial), una sensación menos festiva, una decisión más absurda, un sitio que recuerde más a Mad Max ¿Se imaginan el Oktoberfest de Munich o el carnaval de Río en plenas afueras desoladas? Pues eso.

Pero hay remedio, les ofrezco una salida digna apta solo para valientes: yo vivo al lado de la anterior ubicación de las barracas; por mí que nos las traigan de vuelta ¡Devolvednos nuestras barracas! Un poco más de vidilla y un poco menos de burocracia y absurdo, que ya toca.

Salud y alegría.